El tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), sucesor del TLCAN, es el hilo del que pende nuestra ordenada y beneficiosa relación comercial y económica con Estados Unidos y Canadá.
En Pender de un hilo, detrás de las negociaciones del T-MEC, recientemente publicado por Ariel-Planeta, un grupo de analistas nos damos a la tarea de explicar la negociación con el primer gobierno de Donald Trump y extraemos lecciones para lidiar con él en su versión 2.0. El título es obra del ingenioso grupo de editores de Planeta.
Me parecía inexplicable que no hubiera un libro que analizara la hazaña diplomática y de negociación comercial que fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN). Sobre su negociación original que, se dio al arrancar los 90, hay literalmente decenas sino es que centenas de libros.
Convoqué, hace ya tres años, a varios de los actores de la renegociación y a la embajadora Roberta Lajus, como mi coautora y también compiladora.
El libro consta de siete capítulos. Cuatro sobre México –el equipo de negociación y estrategia, negociación política, cuarto de al lado y cabildeo en el Capitolio para su aprobación–, y tres más, el equipo y estrategia de Estados Unidos, el equipo y estrategia de Canadá y, finalmente, una explicación de los que será la revisión del tratado en 2026.
Las lecciones que arroja el análisis de la negociación del T-MEC con la primera administración Trump son tres principales. Seleccionar la batalla, encontrar un canal de comunicación informal con el que despacha en la Oficina Oval y trabajo en conjunto a través de un equipo público-privado.
Seleccionar la batalla, o dicho de otra manera, cuál sería la prioridad ante Trump. Al llegar a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump pronunció tres amenazas contra México: construcción del muro fronterizo, deportaciones masivas y acabar con el peor tratado en la historia de su país, el TLCAN.
El presidente Peña Nieto y su equipo decidieron oponerse a la derogación del TLCAN. Sería la prioridad ante el vendaval que se avecinaba e incluso se planteó como su más anhelado legado.
El canal de comunicación se logró con sangre, sudor y drama. Tuvo que ver con el acontecimiento más denostado en política exterior del gobierno de Peña: la visita del candidato Trump a CDMX en agosto de 2016.
La furia de la reacción y la crítica tiró al hombre fuerte del gabinete, el secretario de Hacienda y artífice de la visita, Luis Videgaray.
Videgaray tuvo la visión y osadía de contemplar el triunfo de Trump en la elección de noviembre de 2016. Arriesgó, perdió y ganó a la postre.
Cuando Trump gana sorpresivamente la elección en noviembre de 2016, esa misma noche de celebración, su yerno, Jared Kushner le llama a Videgaray: “Apostaste correctamente…quiero darte las gracias. Ahora nosotros tendremos la posibilidad de arreglar la relación México-Estados Unidos”.
La mancuerna Videgaray-Kushner fue clave en los momentos más álgidos de la negociación y en atemperar los ánimos destructivos de Trump.
Finalmente, México se unificó y se creó una asociación público- privada. El equipo de negociación técnico estuvo encabezado por Ildefonso Guajardo y respaldado por el equipo diplomático del canciller Videgaray. Los empresarios crearon el cuarto de junto para apoyar en todo momento la negociación y el posterior cabildeo. Y finalmente, AMLO, a los escasos días de arrasar en la elección de 2018, realizó la más transcendental decisión de política internacional, respaldar las negociaciones y mandar como enviado personal a Jesús Seade.
La lección es que México puede con Trump. Pero Sheinbaum, al igual que Peña y eventualmente AMLO, tiene que seleccionar su prioridad. Una, no dos o tres. Y ésta bien puede ser la revisión del T-MEC en 2026. Requiere abrir un canal de comunicación con Trump 2.0, como podría ser su jefa de gabinete, Susie Wiles, o su representante comercial, Jemieson Greer, o incluso su número dos del Departamento de Estado, Chris Landau, quien nos conoce y procura. Y finalmente, construir un equipo con ánimo plural y con ahínco, como si el mundo se fuera a acabar.