Si nos propusiéramos viajar por vía terrestre de la ciudad de Mérida a Cancún en solamente sesenta minutos, con absoluta seguridad, y a un costo competitivo, necesitaríamos desarrollar tecnologías completamente nuevas de vehículos, o mejorar las existentes. Además sería preciso rediseñar y mejorar, o de plano construir una completamente nueva carretera, para que se adapte a las condiciones de los nuevos vehículos y el objetivo pueda lograrse.
Algo similar sucede cuando hablamos del viaje que el mundo necesita emprender hacia la descarbonización total de la economía. Está claro que necesitamos tomar ese camino, y también que necesitamos recorrerlo a gran velocidad, el cambio climático nos ha colocado ya en una situación de emergencia, pero adicionalmente el viaje tiene que ser seguro. En esto juega un papel importantísimo algo a lo que se ha llamado ‘la electrificación de todo’, paralelamente con una estrategia para sustituir todas las fuentes fósiles de generación de electricidad, por otras que sean limpias y renovables.
Y aquí es donde empezamos a considerar cuáles de las tecnologías existentes, ya sea que estén maduras y funcionando a nivel comercial, o que se encuentren aún en etapa de desarrollo e implementación, serán las que permitirán cumplir con los agresivos objetivos de neutralidad de carbono que necesitamos.
O también tendríamos que preguntarnos si las empresas que hoy dominan el mercado serán capaces de liderar la disrupción que se avecina, descubriendo o desarrollando nuevas tecnologías, o serán aplastadas por nuevas empresas, con una visión fresca y no contaminada con un supuesto ADN que es más un lastre que un motivador. Algunas compañías están respondiendo a los cambios colocando a la innovación como el centro de su estrategia de futuro, pero otras aún creen que tienen un amplio trecho por continuar con tecnologías basadas en combustibles fósiles. Estas últimas podrían llevarse una desagradable sorpresa.
Como sea, para que se alcancen las ambiciosas metas de carbono neutralidad que los países, las organizaciones y los ciudadanos de todo el planeta nos hemos propuesto, se requerirá más bien de una combinación de soluciones tanto para los medios de transporte como para las diferentes máquinas que la industria utiliza para sus procesos. Estas soluciones incluyen baterías de iones de litio, celdas de combustible que operan con hidrógeno, electrolizadores o combinaciones híbridas.
Existen varias empresas que ofrecen la solución del equipo, llámese automóvil o camión por ejemplo, pero también tienn la alternativa de recarga de la energía, casi siempre acoplada a soluciones limpias y renovables.
Se ha generado un debate acerca de si el futuro estará dominado por las baterías, las celdas de combustible u otra tecnología aún por desarrollar, pero en mi opinión esto resulta estéril. Pienso que se necesita una amplia variedad de soluciones que satisfagan las singulares necesidades y los ciclos de operación de todas las máquinas de aplicaciones comerciales e industriales.
Lograr la hazaña de la descarbonización no es tarea fácil, para cada aplicación habrá que encontrar la respuesta específica que mejor se adapte a su realidad, para alcanzar lo más pronto posible y al menor costo la descarbonización.
Raúl Asís Monforte González.
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