El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2023 contempla una provisión económica de cerca de setenta y siete mil millones de pesos en subsidios para las tarifas eléctricas residenciales. El importe real de los subsidios al finalizar el ejercicio suele ser un poco mayor de lo presupuestado. En 2022, esta partida ascendió a poco más de 82 mil millones de pesos, y ese ha sido el promedio de los últimos años. En alguno de ellos la cifra se ha acercado a los cien mil millones.
Si adicionalmente tenemos en cuenta las pérdidas de la empresa productiva del estado CFE, que a pesar de un incremento cercano al 10 por ciento en sus ingresos totales reportó un resultado neto negativo de casi 40 mil millones al cierre de 2022, y de más de 106 mil millones en 2021, nos damos cuenta que son cantidades enormes las que se destinan a compensar el costo real de la electricidad que no se cobra en el recibo vía tarifas.
Esto seguramente impone presiones importantes para que la CFE continúe manteniendo en óptimas condiciones, como lo ha hecho durante muchos años, una infraestructura de redes de transmisión y distribución que ya supera un millón de kilómetros y unos activos de generación con capacidad cercana a los 66 MW que en 2022 generaron para consumo de todos los mexicanos 250 mil GWh.
Hoy la CFE cuenta con 47.4 millones de usuarios, de los cuales el 89.1 por ciento son domésticos, pero éstos solamente representan el 21.9 por ciento de sus ingresos totales. Mientras tanto, sus usuarios industriales son apenas el 0.8 por ciento, pero representan el 59.9 por ciento de sus ingresos.
Por otro lado, también reporta la CFE haber colocado de forma exitosa, en noviembre de 2022, certificados bursátiles con enfoque social y verde por 10 mil millones de pesos en la Bolsa Mexicana de Valores, que le permitirán promover la inversión en proyectos de energías renovables, eficiencia energética, electro movilidad y edificios ecológicos, así como brindar servicios básicos de energía eléctrica e internet a la población de comunidades apartadas y rurales. Esta operación tuvo una sobre demanda de 2.5 veces el monto objetivo, lo cual refleja confianza de los inversionistas en la empresa pero también un gran apetito e interés por que se invierta en esos rubros.
De cualquier modo, aunque parezca mucho dinero, esos 10 mil millones son apenas una fracción de los importes que se destinan a subsidios. Considerando lo anterior, tendría mucho sentido destinar no solamente esos recursos bursátiles, sino una gran parte de lo que hoy se destina a subsidiar directamente a la tarifa, para estimular fuertemente la adquisición de sistemas de generación de energía solar en los hogares y con esto eliminar la necesidad futura de subsidios, pero además combatir la creciente pobreza energética al mismo tiempo que se encamina al país a la consecución de sus metas climáticas y ambientales comprometidas en el Acuerdo de París.
Necesitamos garantizar a todos los mexicanos el derecho a gozar de una “vida sostenible”, concepto que incluye el acceso a un hogar digno pero también a energía limpia, renovable y asequible. Hacer esto realidad tiene que ser parte fundamental e integral de la transición energética global.
Raúl Asís Monforte González.
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