La sostenibilidad ha dejado de ser una mera palabra de moda para convertirse en un imperativo global. La creciente conciencia sobre la crisis climática ha impulsado a todos los sectores de la economía a adoptar prácticas más sostenibles. La industria de la construcción, en particular, enfrenta un llamado urgente a transformar sus paradigmas tradicionales y avanzar hacia una verdadera sostenibilidad. Este cambio no se limita a una gestión energética más eficiente, sino que requiere una reestructuración completa de cómo se conciben y operan los negocios en este sector.
Históricamente, la construcción ha sido uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, debido al uso intensivo de materiales como el cemento y el acero, y a procesos que consumen grandes cantidades de energía. Sin embargo, la industria está comenzando a reconocer la necesidad de descarbonizar y alcanzar el net zero. Este objetivo no solo implica reducir las emisiones directas (ámbito 1) generadas en las propias operaciones, sino también abordar las emisiones indirectas de energía comprada (ámbito 2) y las derivadas de toda la cadena de suministro (ámbito 3).
La medición y reducción de las emisiones de ámbito 2 y 3 son cruciales. Por ejemplo, un edificio puede ser energéticamente eficiente en su operación diaria, pero si los materiales utilizados en su construcción provienen de procesos altamente contaminantes, el impacto ambiental global sigue siendo significativo. Por tanto, es esencial que las empresas en la industria de la construcción no solo trabajen internamente para reducir su huella de carbono, sino que también colaboren con proveedores y socios para implementar prácticas sostenibles en toda la cadena de valor.
Lograr una reducción del 50 por ciento de las emisiones a corto y mediano plazos es ya de suyo un gran desafío, pero la verdadera prueba será alcanzar la neutralidad completa para 2050. Esta segunda mitad del camino implicará innovaciones radicales y cambios estructurales profundos. Se necesitarán nuevas tecnologías, como el uso de materiales de construcción bajos en carbono, métodos de construcción más sostenibles y una economía circular que maximice la reutilización y el reciclaje de recursos.
Además, la sostenibilidad en la construcción debe ir más allá del aspecto ambiental e incluir consideraciones sociales y económicas. Esto significa crear edificios y comunidades que no solo sean ecológicos, sino también accesibles, saludables y equitativos. Las empresas deben comprometerse con prácticas laborales justas y contribuir al desarrollo de las comunidades locales.
Estamos convencidos de que la sostenibilidad no es simplemente una moda pasajera, sino que se trata de un cambio profundo y consciente que está siendo implementado con firmeza en todos los sectores, especialmente en la construcción. La industria debe ir más allá de la gestión energética eficiente y reimaginar sus paradigmas de negocio. La descarbonización y el net zero no son objetivos a alcanzar en solitario, sino un esfuerzo colectivo que involucra toda la cadena de valor. Solo a través de una colaboración integral y un compromiso continuo podremos enfrentar los desafíos climáticos y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
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