Han pasado ya varios días desde que la denominada “Semana del—Mercado del—Arte” en la Ciudad de México sucedió con números sin precedentes y cifras que confirman una consolidación.
Ochenta mil asistentes es la cifra más alta para la feria líder que ha impulsado este evento cultural desde hace veinte años. MACO sostiene una corona y expande su influencia. Al grado que ya críticos, galeristas y curadores hacen la aproximación que ya no es únicamente la feria más importante de América Latina sino que se posiciona como fuerte candidata a serlo de todo el continente Americano. Compitiendo con la poderosa feria Art Basel con sede en Miami, Florida.
Las galerías que se presentaron en la edición veinte de MACO dejaron poco a la improvisación. Presentaron sus mejores cartas y plantaron una visión potente para no dejar dudas de calidad.
Sin embargo, no todo es apolíneo. Como todo también hay contraste: En palabras de Cyril Moumen, director de la Galería Nosco, con base en Bruselas, “Si creces demasiado rápido vas a cometer errores”.
Para él la diferencia entre los días miércoles, jueves y viernes por la mañana que es cuando asisten profesionales conformados por coleccionistas, curadores, periodistas y otros fue abismal con la que sucedió viernes por la tarde, sábado y domingo para el público general.
En estos últimos días la afluencia fue masiva. No había ningún tipo de protocolo por lo cual los asistentes se amontonaron para tomarse selfies, hacer videos e incluso tocar las piezas.
“Es muy difícil sostener diálogos serios de esta forma. Incluso hablar se presentaba complicado por la cantidad de gente en el interior de los Booth”, me comentó Cyril Moumen. “Me parece que sería interesante hacer un replanteamiento y considerar alargar los días con asistencia específica”, explicó.
Otra cosa que leí y escuché a diestra y siniestra fue que resultaba imposible asistir a todo lo que pasaba en la semana. Galerías, exposiciones y cuatro ferias del arte… Adolfo Caballero —Codirector artístico de YamGallery— fue quien me hizo una serie de apuntes muy certeros “Tenemos el temor de que la sobreoferta en la Semana del Arte haga parecer esto un carnaval”. “A veces pienso que la semana del arte puede morir de éxito”. Después de comentarme esto, la luz del portal encontró una salida. Esta fue la cartelera del programa en paralelo que hace MACO en espacios fuera del centro Banamex.
Ahí, exposiciones como “Scent of Time: Horizontes Temporales” del artista mexicano Yoab Vera en Casa Gildardi de la Galería Saenger y “Overnight delivery” de Carlos Pez y el dúo Ash Austin y “Obvioquesí”, de la Yam Gallery dieron un oasis a la feria y al macro universo una alternativa fresca y amplia.
El primero, ofreciendo un fotogénico diálogo que estoy seguro puso a Luis Barragán muy contento desde el horizonte metafísico desde el que nos mira con condescendiente recelo.
La exposición que se llevó a cabo en el estudio hogar de Carlos Pez se desplegaron pinturas que ofrecieron una oportunidad de crear comunidad en contraposición de un ambiente fuertemente cargado hacia el mercado y a nuestra realidad mexicana de intenso sabor postcapitalista y colonial. De ahí quién escribe está columna percibe que esta semana del—Mercado—del Arte ha tenido como diría Jonas Mekas “Destellos de Belleza” de transculturalidad y un aire de porvenir que se contrapone a la fina navaja de la guillotina del éxito de la sobre mundanidad que amenaza a lo lejos a esta joya multitudinaria que sucede —con éxito— en la otrora Tenochtitlán.
Raúl Gasque. Ocaso del invierno del día mil veinticuatro según la influencia de occidente.