Arte Límbico

Paradigma contemporáneo en el MUAC

Raúl Gasque regresó al Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) para encontrarse con un hilo conductor que toca los paradigmas que nos suceden en la contemporaneidad

Entrar al MUAC es siempre una experiencia extrasensorial. Ahí se abren paso muestras que trascienden lo que fundamenta nuestro presente en muchos ámbitos. Esta ha sido mi experiencia cada vez que he visitado este museo. Hace ya tres semanas regresé a él sin saber que me aproximaba a un entramado con un hilo conductor que toca los paradigmas que nos suceden en la contemporaneidad.

(Raúl Gasque)

Al entrar al sistema de exposiciones es natural hacerlo con Beatriz González (Colombia 1932). La artista colombiana nos recibe con un ensayo social y político que podría describir la realidad latinoamericana. Desde el final de los sesentas hasta lo que vivimos hoy en día. La obra cargada de color destaca por la dureza de los temas y la vivacidad cromática. En los lienzos habitan personajes locales: políticos, militares, paramilitares, campesinos, “aristócratas latinoamericanos”, naturales de la tierra y del fuego, seres del más allá… todos cubiertos de un enigma/misterio y sin embargo tan terrenales que son universales. Los formatos de obra son varios: grandes, pequeños, grandísimos… todos se despliegan con la misma importancia. Para decirnos, para sumergirnos en un viaje de un contraste profundísimo. Rico en metáforas y también lírica de luz. Los títulos de las obras llevan nombres como “Duelos”, “Los Inundados” y “Labor Interminable”. En forma de protesta las obras no se guardan nada. Los gestos de los personajes son minimalistas y adustos, pero al mismo tiempo nos empapan con una humanidad interminable.

Al salir flanqueado por dos murales de González que nos tocan fibras lumínicas nos encontramos con la exposición de Ursula Biemann (Suiza 1955). Ahí la artista Suiza nos sumerge en un tratado mayormente ejecutado en obras de video sobre el cambio climático. Ahí, quien escribe tuvo oportunidad de reencontrarse con Acoustic Ocean, pieza que había experimentado por primera vez en la Bienal de Taipei del 2018. Desde que la vi por primera vez me sumergí para encontrarme en un océano habitado por sonidos.

(Raúl Gasque)

Biemann nos envuelve con metáforas de un sitio cubierto por capas donde nada es lineal y lo que está muy claro es la falta de equilibrio que sucede ahí “gracias” a la depredación de los humanos. La protagonista del video cubre con micrófonos un área para hacernos sentir lo que rodea su íntima y marítima existencia. Podemos quedarnos por horas viviendo esta experiencia, sintiendo que estamos en el fondo del océano para presenciar el contraste de la mismísima existencia. La instalación video es un espectáculo visual y de sonido que nos envuelve y conmueve. Seguido están los videos en donde la artista suiza presenta los diálogos de las comunidades que viven en el Amazonas y otras partes del mundo. El sistema de videos y de instalaciones hacen de este trabajo un ensayo de reflexión y acción pro activa sobre la tierra que habitamos. Desde tomas aéreas vemos la erosión de extensiones de tierra por la contaminación de los humanos, en lo que podría ser un tratado de la “estética de la destrucción”. En el cual la artista parece decirnos claramente: “No se confundan, esto es absolutamente la aniquilación de nuestro hábitat”.

El discurso de esta exposición es potentísimo. Nos hace ver cosas duras y vivirlas a través de los testimonios que ha construido. Sin tratar de enseñarnos con un dedo aleccionador absolutamente nada. Los aprendizajes se hacen a través de un paseo con muchas cosas que nos cimbra en nuestra consciencia, pero también con luz y devenir a través/a pesar de tanta destrucción y contaminación conducida por los humanos. El acercamiento de la artista con las comunidades en el Amazonas nos dejan una serie de aprendizajes de cosas que tendríamos que tener presente siempre. En uno de los videos un hombre que conforma la comunidad afirma " Aquí los indicadores de bienestar son el aire y el agua limpia de nuestro entorno”. En contraposición de lo que el ritmo de vida capitalista—que está llevando a este planeta a una catástrofe—sostiene.

Estas dos exposiciones comparten un hilo conductor que las hace casi dialogar de una forma indirecta. Visitar el MUAC para vivir estas exposiciones nos hace entrar en contacto con lo que es el paradigma contemporáneo meta social y político de nuestros días. Habitado por distintas disciplinas que componen un sofisticado tratado que puede trascender en la mirada y lo más profundo de quienes las presenciamos.

(Raúl Gasque)

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