Estrictamente Personal

La neurona que ocultan

El caso Neurona tomó velocidad y enfiló hacia México recientemente, en coincidencia con el periodo de las precampañas y la no entrega de gastos de Salgado Macedonio y Morón.

El Tribunal Electoral tiene planeado discutir hoy la suerte de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, a quienes el Instituto Nacional Electoral canceló sus candidaturas a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán por no reportar sus gastos de precampaña, como marca la ley. Se han dado varias explicaciones de esa ilegalidad, pero hay evidencias de que lejos de haber sido una omisión o error, fue una decisión deliberada para esconder a quién pagaron por sus servicios. Se pueden inferir razones de ello, porque los gastos no reportados, de acuerdo con expertos electorales, fueron para Neurona, una consultora política española, cuyo fundador, Juan Carlos Monedero, que fue asesor de Hugo Chávez, ha estado varias veces en Palacio Nacional y es neoideólogo de Morena.

La contratación de los servicios de una consultora, nacional o extranjera, no tendría nada de malo, pero el caso de Neurona es diferente porque se encuentra en el corazón de un escándalo en España, donde la investigan por el presunto financiamiento ilegal de Podemos, un partido político que fundó en 2014 Pablo Iglesias, con la intención de “convertir la indignación en cambio político”. La indagatoria involucra a Iglesias, vicepresidente del gobierno español, y a Monedero, y entre las ocho causas bajo investigación se encuentran los pagos a Neurona por servicios que no prestó, el uso fraudulento de sus recursos y el desvío de dinero a organizaciones políticas afines.

Neurona lleva varios años como consultora política en América Latina y estuvo muy cerca de Evo Morales en Bolivia, con quien el gobierno mexicano tiene una enorme cercanía, y de donde ha importado a exfuncionarios de su gobierno y políticos cercanos a él para que trabajen directamente en Palacio Nacional y en otras áreas de la administración. La investigación en España sobre Neurona ha aportado mucho sobre la relación que tenía en Bolivia, pero poco ha surgido sobre la conexión mexicana.

Lo último en concreto surgió a mediados del año pasado, cuando los diarios El País y El Mundo publicaron, a partir de las investigaciones judiciales, que Podemos había adjudicado a Neurona Consulting, la filial mexicana, más de un millón de euros para la campaña electoral de 2019 en España, a través de una sociedad fantasma, Creative Advice Interactive Group, constituida en 2015 en Guadalajara, y cuya dirección es una casa particular en una barriada tapatía. Al final, la suma que se canalizó a Neurona fue de 300 mil euros, pero lo que se creía había sido un desvío marginal, ha ido creciendo.

El caso Neurona tomó velocidad y enfiló hacia México recientemente, en coincidencia con el periodo de las precampañas y la no entrega de gastos de Salgado Macedonio y Morón, las únicas de Morena para gobernador que incurrieron en ese delito y las únicas también, de acuerdo con los expertos electorales, donde participó Neurona. El magistrado que lleva la investigación penal a Podemos, Juan José Escalonilla, decidió profundizar las pesquisas de financiamiento ilegal a México y autorizó las declaraciones de Germán Cobos Pío y de Waldemar Aguado, empleados de Neurona con residencia en México.

Cobos Pío, de acuerdo con un trabajo publicado en el portal español de investigación El Confidencial en noviembre pasado, comparte un despacho en León con Eduardo López Hernández, y son propietarios de la empresa Corporación Cobos y Cobos SC, que ha tenido contratos con Morena. Elías Castejón, administrador de Neurona en España, admitió en noviembre ante las autoridades que había hecho la transferencia de los 300 mil euros a Creative Advice Interactive Group por instrucciones de Cobos Pío, con lo cual los investigadores comenzaron a sospechar sobre la posibilidad que dinero ilegal de Podemos, pudo haber sido utilizado para el financiamiento ilegal de las campañas electorales de Morena.

Aguado es propietario de la marca Neurona y su logo en México, junto con su hermano Gustavo, y es un articulista del portal Revolución 3.0, un canal de YouTube con salidas en sus diferentes plataformas de las redes sociales, que nació hace siete años impulsado por Epigmenio Ibarra, el videobiógrafo del presidente Andrés Manuel López Obrador, y entre los miembros de su consejo editorial se encuentra Héctor Díaz Polanco, uno de los ideólogos de Morena y abierto defensor de Hugo Chávez.

La neurona que ocultaron las precampañas de Salgado Macedonio y Morón es la de esta consultora que en América Latina sólo ha trabajado, además de Bolivia, en Venezuela y Ecuador, con quienes el gobierno mexicano tiene una muy estrecha relación. El que sólo en esas dos campañas haya participado la consultora Neurona, que se registró en Morelia, no parece casual. En todo caso, hasta ahora, no deja de ser circunstancial que una empresa, cuyos directores y fundadores en su matriz en España tienen puertas abiertas en el gobierno, hayan realizado el marketing digital de Salgado Macedonio, el candidato de Palacio Nacional, y de Morón, que fue impulsado por Lázaro Cárdenas, exgobernador de Michoacán y coordinador de asesores presidencial.

La contratación de sus servicios se ha mantenido en secreto y en el escándalo político por la cancelación de las candidaturas, que llevó a un enfrentamiento del Ejecutivo y Morena contra el Instituto Nacional Electoral.

La decisión del Tribunal no partirá de a quién contrataron, sino sobre la omisión del reporte de financiamiento, y si, como lo señaló el INE, es correcto el castigo. Pero el contexto es inevitable.

La dos candidaturas contrataron a una consultora que se encuentra en medio del escándalo de financiamiento irregular de campañas políticas en España y corrupción, que está sacudiendo a la coalición de gobierno en ese país, y que es exactamente lo que está pasando en México, guardando las proporciones en la escala política de los personajes involucrados, donde hay ocultamiento de gastos porque hubo exceso de ellos o financiamiento irregular de esas campañas, que es un ángulo que, más allá de lo que decida el Tribunal Electoral, se tiene que investigar.

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