Estrictamente Personal

Primer round: Sheinbaum contra Ebrard

La investigación sobre lo que ocurrió en la Línea 12 del Metro y provocó la muerte de cuando menos 25 personas se reducirá a un problema de mantenimiento o construcción.

La tragedia en la Línea 12 del Metro lleva a otro choque de trenes, éste político, entre las dos cartas más fuertes del presidente Andrés Manuel López Obrador para la sucesión presidencial en 2024: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. La investigación sobre lo que provocó la muerte de cuando menos 25 personas se reducirá, como apuntó Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, a un problema de mantenimiento o construcción. Traducido a la lucha sucesoria, si la investigación concluye que fue un problema de mantenimiento, Sheinbaum pagará los costos. Pero si es de construcción, serán Ebrard y su entonces secretario de Finanzas, Mario Delgado, quienes resultarán perjudicados.

No ayuda a Sheinbaum que la directora del Metro, Florencia Serranía, haya declarado el martes, con la jefa de Gobierno a un lado, que la Línea 12 fue revisada en 2019 y que no se encontró nada mal ni irregular en su operación, por lo que no había alertas de riesgo. Los peritajes revisarán aquel estudio, analizarán el mantenimiento y se irán también a la construcción. Pero tampoco ayuda a Ebrard que la percepción popular, orgánica o artificial, lo ubique como el principal responsable.

Un agudo ingeniero experto en el tema dijo retóricamente que la investigación sobre las causas y las responsabilidades no se tratará sobre un accidente, sino sobre las consecuencias de todo lo que se hizo o se omitió. “La situación de la Línea 12 del Metro es muy compleja”, dijo. “Parece ser que hay una superposición de errores, y quizá malas decisiones inducidas, ninguna de ellas menor, cuyos efectos no se suman sino se multiplican, potencializando los resultados a la vista de todos”.

Su primer punto parte de la vieja discusión, pero muy relevante, sobre si debían utilizarse ruedas neumáticas o férreas. Las neumáticas son flexibles y pueden deformarse instantáneamente –como se puede apreciar en las llantas de los automóviles de Fórmula 1–, mientras que las metálicas son indeformables. En el caso de la fricción del hule vis a vis con el acero, explicó el experto, la neumática no patina y difícilmente chirrea, a diferencia de la metálica, que cuando chilla significa que patina. “Si una rueda hace ese sonido agudo es que hay una vibración provocada entre las dos superficies”, agregó, al recordar las quejas de usuarios sobre ese fenómeno, sugiriendo una tensión anormal.

El segundo punto es desde la óptica estructural, tomando en cuenta el gran conocimiento en México de ingeniería sísmica y mecánica de suelos por el fondo fangoso de la tierra. Las estructuras voladas, como la ballena en el tramo colapsado, se prefabrican con concreto prensado, y con una mezcla de cemento y arena sometida a tensión para darle mayor resistencia. “Esas trabes, que llaman ballenas, son muy resistentes en general, pero tienen en los extremos unas pestañas de apoyo que no pueden anclarse en las columnas tan bien como si se armaran in situ”, dijo. “Ese tipo de fijación se hace generalmente con pernos muy resistentes y con redes de varillas soldadas, pero no resisten un gran desplazamiento de fuerza”. Las trabes pueden deslizarse por movimientos extraordinarios de fuerza –como los sismos–, e incluso, explicó, llegar a caer por la fuerza de la gravedad.

El experto cree que no parece ser la causa principal del colapso de la ballena, pero sí un factor, junto con la fatiga de algunos elementos estructurales, que puede presentarse por sobrecargas estáticas, cuando están muy mal calculados, o por temperaturas. “Una carga dinámica que hace ceder muy frecuentemente a las estructuras es la de vibraciones mecánicas, las cuales pueden agotar la resistencia cediendo por fatiga, o simplemente romper la estructura por desplazamientos en ondas crecientes”, dijo. Si periódicamente se repite este fenómeno, produce una resonancia, que aumenta los desplazamientos aumentando su vaivén. Un ejemplo de la fuerza de la resonancia era la voz de Enrico Caruso, quien rompía una copa de cristal que acercaba a su boca mientras cantaba, aunque ello lo lograba sosteniendo la nota hasta que la copa comenzaba a vibrar y explotaba.

“Este ejemplo da la idea de lo que es meter un sistema mecánico en resonancia”, continuó. “Un tren que corre con nueve carros sobre una vía del Metro en la Ciudad de México, tiene 16 llantas portadoras (horizontales) y ocho llantas guías (horizontales) por carro. En todas las otras líneas son neumáticas con bandas de rodamiento especiales que absorben vibraciones. La Línea 12 tiene ruedas férreas que provocan vibraciones que se transmiten en forma íntegra, porque las metálicas no absorben nada”.

El paso de 144 ruedas de un convoy completo en el Metro provoca una vibración vertical. En el tramo volado de la Línea 12, se le añadió el desplazamiento de las columnas por la mecánica de suelo en la zona de transición lacustre, que genera más tensión a los anclajes de las columnas y una mayor frecuencia de vibraciones. “Todo esto es un verdadero coctel explosivo, porque la vibración vertical puede hacer entrar a la trabe o a una ballena, en resonancia”.

Los vecinos se quejaron de ello y, según este análisis, las autoridades debieron aumentar el mantenimiento y tomar previsiones, como bajar la velocidad del tren para disminuir la vibración y tener menos viajes, que no se hizo. Otra solución era comprar o rentar más trenes y convoyes, con su debido mantenimiento. Pero la austeridad del gobierno le bajó el presupuesto al Metro a niveles no vistos en ocho años.

Aquí están las claves para entender lo que sucedió. ¿Pero qué exactamente pasó? Si nos atenemos al análisis técnico aquí descrito, hubo mala planeación y construcción, con un deficiente mantenimiento por razones presupuestales. Por tanto, Ebrard sería responsable político por lo primero, y Sheinbaum por lo segundo. Este primer round entre aspirantes presidenciales quedaría en un empate, por lo que la decisión sobre a dónde adjudicar responsabilidades recaería en Ebrard. ¿Por qué esta conclusión? Porque sólo hay un delfín en Palacio Nacional para el 2024, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

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