Estrictamente Personal

El gabinete de Sheinbaum

López Obrador había pedido que al menos una decena de miembros del gabinete repitieran para mostrar la continuidad en el proyecto.

Resuelto ya el problema fundamental que podría dividir al presidente Andrés Manuel López Obrador de su sucesora, Claudia Sheinbaum, el mes en que se aprobará la reforma al Poder Judicial, la siguiente estación de interés es el gabinete. La virtual presidenta electa anunció al término de su encuentro con López Obrador, que la próxima semana daría a conocer el equipo de trabajo que teóricamente la acompañará durante seis años y anticipó algo en lo que vienen trabajando desde hace algún tiempo, que algunas dependencias se compactarán.

En los últimos días circularon a través de WhatsApp listas de gabinetes, que tuvo que desmentir el coordinador del equipo de transición, Juan Ramón de la Fuente. Las listas conjugaban el pensamiento convencional a partir de conjeturas y percepciones, pero lo único que es posible confirmar en este momento son cuatro miembros del futuro gabinete. Dos de ellos repiten, Rogelio Ramírez de la O en la Secretaría de Hacienda, y Alejandro Gertz Manero, en la Fiscalía General. La tercera es Rosaura Ruiz, que fue secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación en el gobierno de Sheinbaum en la Ciudad de México, y que asumirá como secretaria de Educación, que absorberá al Conahcyt, hasta hoy un organismo público descentralizado. El cuarto es Andrés Lajous, secretario de Movilidad en la Ciudad de México, que pasaría a ser secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.

El nombre de Omar García Harfuch, que fue secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en el gobierno de Sheinbaum, figura en todas las listas para ocupar el mismo cargo a nivel federal. Es un funcionario que ha impulsado fuertemente la virtual presidenta electa, a contracorriente incluso de López Obrador. Cuando el Presidente lo bajó de la contienda por la candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México pese a haber ganado la encuesta, le ofreció la Secretaría de Gobernación en el futuro gobierno, lo que no fue aceptado por Sheinbaum cuando fue enterada de la propuesta que se había hecho a sus espaldas.

Sheinbaum pensó en García Harfuch para la Fiscalía General, pero Gertz Manero, que leyó rápidamente para donde iba, se acercó a ella todavía en tiempos de campaña, y tras mostrarle expedientes de casos en curso, le dijo que estaba interesado en trabajar con ella en el siguiente gobierno. Sheinbaum reculó y planteó la Secretaría de Seguridad federal para García Harfuch. Todavía no hay señales de que López Obrador haya dado su visto bueno para que sustituya a Rosa Icela Rodríguez –que no tiene una buena relación con la virtual presidenta electa–, pero la secretaría que recibiría posiblemente sería un cascarón.

Si se aprueban las reformas constitucionales que desea López Obrador en septiembre, la Guardia Nacional, el brazo operativo de la Secretaría de Seguridad, pasaría formalmente a la Secretaría de la Defensa Nacional. Aunque en la actualidad opera de esa forma, el traslado legal dejaría sin brazos a esa dependencia y quedaría reducida a coordinar las mesas de seguridad en el país y al control del gasto público. En el equipo de seguridad de Sheinbaum está previsto que esto suceda, por lo que el énfasis que tendría la secretaría –aun si mantiene su nombre– se recargaría en el trabajo de inteligencia e investigación, montada sobre la Central Nacional de Inteligencia, que pasaría a ser parte orgánica de esa dependencia.

Para llevar a cabo esta fusión, José Merino, que trabajó en el gobierno capitalino como titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, está desarrollando una plataforma que cruza todas las bases de datos para apoyo en las tareas de seguridad, repitiendo lo que fue Plataforma México, que destruyeron el secretario de Gobernación y el comisionado de Seguridad en el gobierno de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong y Manuel Mondragón. Plataforma México, sin embargo, se ha ido recuperando.

Hay otras carteras que despiertan gran interés, como la Secretaría de Gobernación, donde dos miembros del equipo de transición que fueron enviados expresamente por López Obrador han sido mencionados como posibles titulares, Arturo Zaldívar y De la Fuente. El exrector de la UNAM y exrepresentante de México en las Naciones Unidas aspiraba ser secretario de Relaciones Exteriores, lo que parecía una apuesta alta porque el interés del Presidente era que repitiera Alicia Bárcena. Sin embargo, las señales que emite el equipo de Sheinbaum son que De la Fuente se quedará con el cargo, tras el colapso de Bárcena por su deficiente manejo en la denuncia contra Ecuador en la Corte Internacional de La Haya por el asalto a la embajada en Quito.

Zaldívar se cuece aparte. Cuando acordó con el Presidente su renuncia a la Corte para regalarle a su última ministra, López Obrador le ofreció la Secretaría de Gobernación, pero Zaldívar le respondió que le sería más útil desde la Consejería Jurídica, para impulsar la reforma al Poder Judicial. En esa categoría se incorporó a la campaña de Sheinbaum, pero su destino fue cambiando en el diseño de Palacio Nacional, donde volvieron a impulsarlo para Gobernación.

La denuncia contra él que investiga el Consejo de la Judicatura y la forma histérica como se comportó como vocero durante los debates, lo alejaron del centro de toma de decisiones. Ayer no se ayudó. En una participación en Radio Fórmula, con Ciro Gómez Leyva, contradijo la apertura de Sheinbaum a una mayor deliberación pública sobre la reforma al Poder Judicial, repitiendo los dichos de López Obrador, que la gente ya la conoce y que la mayoría de los votantes ya la aprobó.

López Obrador había pedido que al menos una decena de miembros del gabinete repitieran para mostrar la continuidad en el proyecto. Hay varias, o varios que así lo harán, aunque posiblemente en diferente cartera, y otros seguramente figurarán, como Javier Corral, al frente de la Secretaría de la Función Pública, en el tránsito hacia una nueva agencia para el combate a la corrupción.

Esto es apenas una primera mirada a lo que se anunciará la próxima semana y, seguramente, otros nombres irán surgiendo, algunas sorpresas incluidas, para el gabinete de la próxima presidenta.

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