¿Continuo o discontinuo? ¿Gradual o agresivo? ¿En marzo o en mayo? Éstas y otras preguntas son las que nos hacemos varios analistas en el mercado respecto al ciclo de baja de tasas que Banco de México (Banxico) iniciará próximamente.
Sobre todo, estas preguntas cobran relevancia después de la publicación de las minutas de la más reciente reunión de política monetaria del Banco Central y particularmente, después de las declaraciones de algunos miembros de la Junta de Gobierno en la presentación del informe del cuarto trimestre de 2023.
Muchos inversionistas del mercado de dinero en México esperan, es más, ansían que inicie un ciclo de relajamiento monetario, entendido como una reducción en el objetivo de la Tasa de Interés Interbancaria a un día también conocida como tasa de referencia. Y mientras antes, mejor. Se entiende. Las minusvalías que registran algunas posiciones en renta fija han sido tan relevantes (y en algunos casos extendidas), que una baja, por más fina que sea, permitiría registrar una menor minusvalía e incluso generar ganancias dependiendo del punto de equilibrio en las posturas.
Las señales que han enviado los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico son mixtas. En algunos casos las posturas son claras y en otros casos, inciertas. Parece evidente la firme determinación de la subgobernadora Irene Espinosa de no bajar la tasa de referencia este mes. De igual manera, es probable que la gobernadora Victoria Rodríguez y el subgobernador Omar Mejía voten, por el momento, a favor de una baja en la tasa de referencia tan pronto como marzo debido al importante proceso desinflacionario que ya se ha registrado en el país, incluso en la parte subyacente. A mi parecer, el voto de los subgobernadores Galia Borja y Jonathan Heath aún no está definido y podría ir en uno u otro sentido (bajar o mantener la tasa de referencia) dependiendo del comportamiento de la inflación, de su posible permanencia o desviación respecto de la trayectoria prevista (ya sea por ellos mismos o por los investigadores económicos del Banco Central), así como por el nivel de la tasa de interés real ex ante (la tasa nominal menos la expectativa de inflación a doce meses).
Algunas posturas en el mercado –e incluso entre ciertos miembros de la Junta– apuestan al inicio de un ciclo bajista a partir de este mes debido a que la tasa ex ante es muy elevada. A pesar de que esto sea cierto (alrededor de 7.5 por ciento, de acuerdo con estimaciones de Banxico), ¡la tasa de interés real no ha afectado significativamente el desempeño de la economía! Tan es así, que la revisión a la baja en la estimación puntual de crecimiento del Banco Central fue de 3.0 por ciento a 2.8 por ciento para 2024 (2.6 por ciento estimado INVEX).
Independientemente de que la tasa de referencia nominal baje en marzo o en mayo (manteniendo a la tasa real en terreno claramente restrictivo), las grandes incógnitas se centran en la velocidad y magnitud de los recortes, sobre todo en la primera. Con base en los comentarios de algunos miembros de la Junta, todo dependerá de la evolución de la inflación, pues los riesgos podrían continuar sesgados al alza por varios meses más.
Es ahí donde las apuestas se complican, sobre todo para los operadores del mercado de dinero. Sin duda, un ciclo de bajas continuas y graduales darían estabilidad a las estrategias. Bajas mezcladas con pausas, e incluso posibles cambios en magnitud, podrían generar ciertas complicaciones.
Independientemente de que la tasa de referencia nominal baje en marzo o en mayo, es importante destacar que aún no se ha ganado la batalla contra la inflación. Y eso dicho por algunos miembros de la Junta. Una baja no implica un ciclo de expansión monetaria. También falta lo que haga la Fed. Recientemente, algunos analistas mencionan que el Banco Central norteamericano podría no bajar la tasa este año.
¿Banxico se desligaría al empezar en marzo de 2024 o mejor se esperaría a después para tener mayor claridad sobre las posibles acciones de la Fed? Queda claro que Banxico se desligó de su contraparte norteamericana en el ciclo alcista (nueve meses para ser exactos), pero el proceso no es simétrico. ¿Se adelantaría tantos meses a bajarla con repercusiones importantes sobre el diferencial de tasas de interés entre ambos países y por ende sobre el tipo de cambio?
El 21 de marzo comenzaremos a tener las primeras respuestas a todas las incógnitas que le he planteado hoy.