Rolando Cordera Campos

No llores por mí

El gran y peliagudo tema, vuelto problema mayor este domingo en Buenos Aires, es de todos nosotros. Más vale que nadie llore. Las campanas tocan por todos nosotros.

Este domingo Argentina eligió un monstruo como presidente de la República. No tanto a un furibundo ultraderechista sino a un personaje presa de las peores obsesiones y odios. Un enfermo capaz de las peores decisiones.

Sus acompañantes no parecen en condiciones de hacer de contrapeso. Más bien, por lo menos las primeras horas tras el anuncio, parecían dispuestos a formar filas con Milei para emprender una marcha demencial hacia la “Argentina Potencia”, imagen objetivo que obnubila al electo presidente y a sus seguidores.

Por qué y cómo llegó el gran país austral a una circunstancia tan ominosa implica, necesariamente, muchas preguntas y el hartazgo del pueblo con el peronismo y sus personeros no parece ser la mejor de ellas. Un enojo con esa añeja formación política, mítica para millones, pero odiosa y odiada por otros muchos y una inflación disparada, sin control, exacerbó sentimientos y resentimientos profundos e irracionales que no deberían celebrarse.

La corrupción ha sido compañía de larga data de los argentinos, peronistas y antiperonistas por igual, pero por sí sola, esta fuerza corrosiva no parecía capaz de forjar la mayoría que se expresó el domingo en favor del más grotesco de los discursos políticos y económicos jamás imaginados.

Será difícil para este desatado caudillo llevar adelante su demencial programa privatizador y dolarizado, porque no cuenta con mayorías en el Congreso ni con un solo gobernador decidido a seguirlo en lo que solo puede ser una destructiva marcha de la locura al abismo. Pero esto no puede ser alivio suficiente para una sociedad acosada por las incertidumbres económicas, inquietudes agravadas por el crecimiento del crimen organizado.

Los enigmas de Argentina ya estaban ahí, advierte el economista Gerardo Esquivel quien anota: “El problema económico de Argentina va más allá del peronismo/kirchnerismo. El gobierno de Macri tampoco lo pudo resolver e incluso lo agudizó. Son años de malas políticas económicas y de intentos fallidos por lograr la estabilización macro. La inflación ya está en más de 140 por ciento”.

Asunto que más nos vale asumir, para entender y auxiliar a la patria de Borges y para prevenirnos hacia adelante. El gran y peliagudo tema, vuelto problema mayor este domingo en Buenos Aires, es de todos nosotros. Más vale que nadie llore. Las campanas tocan por todos nosotros.

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