Rosario Guerra

Que sí, que no, y el TEPJF

Estamos entre que sí, que no, envueltos en un trabajo de acomodo de las campañas presidenciales, de las gubernaturas y del Congreso.

Abundan noticias. No todas ciertas. Pero como en la posverdad, con un toque de realismo. Que si Marcelo dejará Morena porque ya llevó el caso de irregularidades al TEPJF. Que no, porque de hacerlo corre graves riesgos de terminar en prisión. Que si esta es su última oportunidad para contender por la Presidencia. Que no, dejarla pasar no puede. Y así anda todo el país. Que si AMLO apoya a los migrantes, que no porque mantiene en el cargo a Francisco Garduño responsable de que se quemaran vivos varios de ellos en Chihuahua.

Que si la Sheinbaum ya nombró a su equipo de campaña, que no porque ésta aún no inicia y faltan de incorporar cuadros.

Que si Omar García Harfuch será el candidato de Morena para jefe de Gobierno de CDMX, pero que no saben cómo hará campaña ante amenazas de los cárteles. Que si Clara Brugada está a la espera de que rectifique el rumbo, pero que no parece será la abanderada. Otra noticia sin rumbo.

Que si todas hacen trampa para titularse de la UNAM. Que no es lo mismo el caso de la ministra Yasmín Esquivel donde el plagio es muy claro. Que si también Sheinbaum plagió, pero que no, ya salió a explicar su tesis. Que si Xóchitl Gálvez no citó las fuentes de su informe de actividades profesionales, que si quieren quitarle el título ella aceptará. Su talento es lo que la ha llevado a su triunfo profesional, no su título. Las descalificaciones en campaña son una práctica que se ha normalizado y que atraen público, más que las propuestas.

Que si dejaron sola Xóchitl en su defensa de titulación, que no porque solo ella tenía la información. Que si esto ha provocado la caída de Xóchitl, que no porque aún no inicia campaña y no cuenta con los recursos del gobierno federal. Que si el Frente Amplio por México (FAM) estima que puede cambiar la candidatura, que no, ésta fue resultado de la voluntad ciudadana. Que si Xóchitl requiere más apoyo del FAM, que no están aún armados los cuadros de campaña para una contienda en la que no irá sola. No es posible basar su campaña solo en su atractiva personalidad, se requiere activismo en todo el país, con o sin candidata. Ella es la cabeza y la tiene estructurada, pero una campaña presidencial es un reto fenomenal, sin tregua, sin descanso, y con propuestas certeras que respondan a las causas de la sociedad.

Total que estamos entre que sí, que no, envueltos en un trabajo de acomodo de las campañas presidenciales, de las gubernaturas y del Congreso. Reitero, lo más importante es ganar el Congreso para lograr equilibrios en el ejercicio del poder y dar paso a un gobierno de coalición, en lugar de un autoritarismo.

Que si la sociedad civil está molesta porque ya los partidos hicieron a un lado a las organizaciones, que no porque tienen vida propia e independencia y se reúnen con Xóchitl. Que si UNIDOS negocia con Dante para apoyar a Xóchitl, que no hay tales pláticas. La propia Xóchitl iba a iniciar pláticas con Dante, cuando se vino el ‘neoleonaso’, donde los tres partidos se fueron contra Samuel García, por la persecución que éste hace para someter al Congreso local con fabricación de cargos y agresiones constantes. Por lo pronto, que sí, que no, Dante tendrá candidato hasta enero. Desde luego las posibilidades de apoyar a Marcelo no son descartadas, pero su rechazo al PRI como pretexto para no unirse al Frente es por lo menos absurdo. No puede sustituir su organización, ni su militancia, pedir que salga para entrar al Frente. No puede llenar ese espacio. Y siguen las sospechas, que sí, que no, es un apoyo de AMLO.

Que si dirigentes de MC están involucrados en fraude Segalmex, que no solo se trató de Ignacio Ovalle, cercano a Dante y ahora a AMLO y con protección por el mayor desfalco que esta administración registra. Pudo haber sido la bolsa de financiamiento de ese partido. Si bien han votado en el Congreso contra iniciativas del Presidente, al no tener mayoría la oposición, el voto no definía el resultado.

Que si AMLO está preocupado por Xóchitl, que no porque nunca ha aceptado una derrota. Y ahí viene lo complicado, porque quienes deberán dictaminar el triunfo presidencial son los magistrados del TEPJF. Son dos magistrados, Indalfer Infante y José Luis Vargas quienes concluyen su encargo. Las propuestas de integración las realiza la SCJN y las elige el Senado por mayoría calificada. Lo no previsto lo resuelve la SCJN.

Son 12 propuestas. Seis de mujeres y seis de hombres. Hay un magistrado muy afín a AMLO en la segunda lista. La duda es si se logrará la mayoría calificada, pues el PRI ha perdido votos. Y la siguiente duda es si AMLO acatará la resolución en 2024 si no es favorable a su partido. Ilusos dicen que sí, porque es un demócrata. Otros dicen que no, incluso predicen un enfrentamiento social al no reconocerse un posible triunfo de la oposición.

Hay muchas teorías de la conspiración, que si un estado de excepción, que si un golpe a la democracia con las Fuerzas Armadas, que si un levantamiento de los cárteles de la droga en defensa de la 4T, que si una insurrección popular encabezada por Morena, sus activistas y los siervos de la nación.

En lo que sí están todos de acuerdo es que será una elección de Estado, en lo que no coinciden es que AMLO acepte una derrota. Así las cosas, con la moneda en el aire, lo primero es votar y ganar la elección. Lo demás cae en el campo de muchas especulaciones, como posverdad para atemorizar a la población. Así que entre que sí y entre que no, hagamos oídos sordos a las contra campañas y centrémonos en un objetivo: que Xóchitl gane la elección y que se forme un equipo sólido y fuerte, un gobierno de coalición, para reconstruir al país y sus instituciones.

Sheinbaum no será AMLO, es más ideológica, no goza de carisma alguno, heredará una crisis de las finanzas públicas, tendrá que hacer una reforma fiscal, deberá repensar los litigios del T-MEC que vamos a perder, deberá evaluar si subsidia y termina megaproyectos, en fin, de llegar será una Presidenta débil. Especialmente si logramos mayorías en el Congreso.

COLUMNAS ANTERIORES

México en el mundo
Destrucción

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.