Después del período vacacional llega el 2025. Independientemente de deseos y buenos propósitos, este será un año singular. Se trata del inicio de una nueva época. Vendrán cambios globales en un reacomodo de las fuerzas políticas y comerciales del mundo. Tras la decepción de las democracias, los gobiernos empiezan a caer en manos de nuevas dirigencias que critican fallas y realizan propuestas atractivas. Reconozcamos que la globalización creó mucha más riqueza, pero profundizó las diferencias entre ricos y pobres, entre regiones y beneficios. No es casual el descontento de los pueblos con sus gobiernos.
El progreso llegó, pese a oposiciones creció el mercado mundial, se transformaron fronteras, se crearon nuevas cadenas de suministros y se avanzó en la productividad, la innovación y el conocimiento. El mundo digital ha desarrollado nuevas tecnologías para investigación de enfermedades y padecimientos, pero también para las nuevas guerras; que no usan tantas tropas, pero sí recursos mortíferos.
La guerra en Medio Oriente sigue vigente. La clara provocación de Hamas tenía el propósito de generar un conflicto armado de grandes proporciones. Tendrían el apoyo de Irán y de Hezbollah, así como de Siria. Combatir terroristas que se ocultan entre la población civil es una tarea genocida, pues se atacan escuelas, hospitales y sitios donde los terroristas buscan la protección de escudos humanos para poder actuar. La muerte de tantos inocentes es atroz, tanto judíos como palestinos están en manos del terrorismo islámico que aun cuando sabe que militarmente no puede triunfar, humanitariamente tiene a la opinión pública horrorizada por tanta masacre.
Siria aún es un enigma, pero los antecedentes del nuevo gobierno lo llevan a lazos con grupos terroristas, aunque la guerra civil interna, que también ha sido atroz, tiene más ocupado al nuevo gobierno en imponer la paz y generar alianzas con otros grupos para dar viabilidad al país.
Por otra parte, la guerra Ucrania-Rusia ha puesto a prueba a Europa. Alemania es el país más afectado por las sanciones pues carece de hidrocarburos para su adecuado funcionamiento. Miles de ucranianos han huido a ese país y a Polonia en busca de refugio. Rusia, sin pudor, con una economía débil basada en productos básicos, ha decidido retomar su dominio sobre otros países. Su fuerza es la amenaza nuclear. Pensó ganar la guerra en el corto plazo, pero se ha extendido demasiado, y ahora no solo tiene milicias pagadas, sino que ha recibido el apoyo del Ejército norcoreano para enfrentar a Ucrania y el apoyo con el que cuenta. Ucrania ha sido heroica resistiendo más allá de los ataques feroces que afectan a población civil y destruyen ciudades enteras. Si bien no ha sido admitida en la OTAN, recibe armamento y productos básicos para sostenerse.
¿Cómo acabará el conflicto? Se habla de una negociación donde Ucrania ceda parte de su territorio, lo cual no es una salida digna, pero que con la entrada de Trump en la escena puede ser viable, por su amistad con Putin y su interés personal en inversiones en Rusia. Europa, por sí misma, no se encuentra articulada militarmente para ayudar a Ucrania. Invierten mucho en defensa pero no hay coordinación. Y la amenaza atómica, aunque poco sólida, no puede ignorarse.
A China la atacan comercialmente, buscan reducir la competencia en autos, acero, y una serie de productos exitosos que han desarrollado su oferta. EU pretende marcarle la agenda productiva a China, pero se ve difícil este reto, entonces la guerra será comercial con todo socio que EU pueda convencer por cualquier método.
Ya anunció Trump que determinará una emergencia económica en EU, y si bien varios estados están en apuros, su solución no parece que mejorará la situación. Este decreto podría justificar el poner tarifas a cuanto producto, de cualquier origen, que sea competitivo en el mercado estadounidense. No se trata solo de Canadá y México, estamos hablando también de Asia y Medio Oriente. Veremos qué sucede tras su toma de posesión, pero esto podría desatar guerras comerciales de alto impacto en el mundo a costa de los consumidores.
Por lo que respecta a nuestro país, más allá de ocurrencias como el Golfo de México, o la anexión a EU, lo cierto es que vendrán aranceles y migrantes desplazados. Pero más alarmante ha sido el discurso de la nueva procuradora de Justicia de EU, que responsabiliza a los cárteles de Sinaloa y al CJNG de la introducción y distribución del fentanilo en su país, por lo cual su prioridad es, desde la adquisición de la materia prima en China, la producción en México que simula otras medicinas, lo mueven a EU por medio digital, principalmente, y otros, y ya se distribuye en 50 estados y se llevan las ganancias a México para seguir el negocio, a través de lavado de dinero.
Por tanto, su estrategia no se basa en solo ubicar y arrestar a los capos, están investigando todas las redes, desde China hasta empresas de lavado, la distribución en EU y ya se han creado dos cuerpos para atacar a los dos cárteles, que cuentan con expertos en todos las áreas, y que extenderán la investigación a cerca de 40 países en el mundo.
2025 se augura, además, como el año en que México crecerá menos que toda Latinoamérica. Adiós a la reubicación de empresas, al fortalecimiento de cadenas productivas, al libre comercio, estaremos en situación precaria pues difícilmente lograremos bajar el déficit y aumentar los apoyos y los costos de las megaobras. No crecerá empleo, ni inversión, solo esperemos que la inflación se mantenga a la baja, aunque con los gasolinazos habrá un impacto importante.
Y veremos como fondear los recursos contra los aranceles y los migrantes, que seguro llegarán en 2025 para la Fiesta de la Candelaria. A comer tamales.