Hace unas semanas, una persona que tuvo que lidiar con Félix Salgado Macedonio cuando éste fue alcalde de Acapulco comentaba que ojalá llegara a la gubernatura de Guerrero, pues así quedaría más que clara su negligencia e inoperancia.
Esa persona contaba de largas jornadas desperdiciadas en la búsqueda de que Salgado Macedonio revisara un proyecto de inversión para el famoso puerto. O no llegaba, o llegaba muchas horas tarde, y sin tiempo para atenderlos, a citas pactadas con la debida anticipación. E incluso, cuando llegaban a ver al alcalde, éste prefería llevarlos a pasear por la Costera, subidos en autos reconvertidos, o a reuniones de las que se escabullía con alguna mujer.
Tenía un auto deportivo, El Tétano, que en efecto parecía una hojalata vieja, contaba el empresario. Pero no era una carcacha. El motor había sido reconvertido y la suspensión afinada para los arrancones. El volante, siempre según el testimonio, era una rosca de alambre de púas, por lo que para conducir ese vehículo Félix usaba guantes de carnaza, tipo electricista. Aquello rugía.
La estrafalaria personalidad de Salgado Macedonio es conocida desde hace décadas. Sin embargo, en 2021 tan vernáculas estampas fueron desplazadas por temas serios: denuncias concretas de mujeres que acusaron al morenista de agresiones sexuales.
A pesar de ello, como se sabe, Morena decidió que Salgado Macedonio sería su candidato costara lo que costara. Y sólo ha perdido esa oportunidad por un error –o un pecado de soberbia– de él y su partido: no entregar el obligado reporte de gastos de precampaña.
Al caerse de la candidatura, los reportes son que Salgado Macedonio forcejea para retener para él, a través de su hija, la gubernatura. Nueva bronca para Morena, que ahora recibe incluso de sus propios militantes críticas por lo que podría ser una enorme simulación, una traición a los principios que presumen donde no cabe el nepotismo. “Esto no es una monarquía”, dijo ayer la senadora Nestora Salgado a Denise Maerker al criticar la pretensión de heredar de padre a hija la candidatura.
Juan Angulo, periodista respetado en Guerrero y en México, publicó hace unas semanas y a propósito de la figura de Salgado Macedonio, un alegato en contra de visiones maniqueas o simplistas que desde la prensa nacional e internacional –deplora Juan– se formulan con respecto al senador.
“Que no se le presente como si estuviera en la posición a que ha llegado solamente porque es amigo del Presidente de la República. No es su amigo, es su compañero de lucha y se unió al movimiento de Cuauhtémoc Cárdenas incluso antes que López Obrador. Y subrayé que Félix Salgado ha sido opositor de todos los presidentes de la República, desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto –y que ese comportamiento también se lo están cobrando ahora–; que no es un cacique de Guerrero, como lo presentan, un hombre poderoso al que no se le podía acusar ante instituciones que tiene controladas; por el contrario, ha sido opositor de caciques de Guerrero; y que sus posiciones públicas siempre han estado a la izquierda”.
Hay en Salgado Macedonio un líder popular, dice Angulo, con trayectoria y congruencia en la lucha. Juan cree, igualmente, que las acusaciones de que Félix le cedió la plaza de Acapulco al narco son inconsistentes con lo que ocurrió entre 2005 y 2008, cuando el hoy candidato frustrado fue alcalde. Aquí el texto completo: https://suracapulco.mx/el-caso-felix-salgado-y-la-lucha-por-la-democracia-en-guerrero/
Quizá tiene razón Angulo cuando dice que el centralismo le cobra a Salgado Macedonio su informalidad y conducta pendenciera, pero también por su lucha.
Sin embargo, el error habría sido del presidente López Obrador, que tras las acusaciones de violación no quiso entender que el senador puede ser un luchador histórico, un compañero con méritos partidistas, pero sin calificaciones para un México que aspira a la igualdad entre hombres y mujeres, y a algo más que gobernantes dicharacheros y carismáticos.
Hoy el problema sólo ha crecido: si Salgado Macedonio pretende utilizar a su hija para sus ambiciones personales, una vez más el partido del presidente de la República caminará rumbo al desprestigio: usar a una mujer para la simulación electoral.
No hace falta que Salgado Macedonio gane la gubernatura para que nos demos idea del desastre. Ya con lo que hemos atestiguado en su rebatinga por el poder hay estampas de sobra. Y no tienen nada de divertidas.
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