En cuestión de ingreso salarial, el gobierno de la República es una pirámide donde es cierto que mujeres ocupan la titularidad de secretarías de Estado como nunca antes, pero esa supuesta equidad de género se difumina conforme se analizan los sueldos y los cargos de ellas en la administración pública federal. Spoiler: en los mejores niveles del escalafón la presencia femenina es sustancialmente menor, y sus sueldos más bajos.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) dio a conocer este martes un detallado estudio donde se analizan sueldos y puestos de mujeres en 290 dependencias del gobierno en tiempos de Andrés Manuel López Obrador. Los hallazgos son nada alentadores.
El actual Presidente ha presumido que su administración tiene una política de equidad de género, y es innegable que ha hecho un esfuerzo si hablamos de la titularidad de las secretarías de Estado: nueve de 19 ministerios son ocupados por mujeres. Inédito.
Sin embargo, y luego de revisar puesto y nivel de ingreso de 168 mil integrantes de la burocracia, el Imco detecta que persisten vicios de desigualdad.
“La presencia de mujeres al interior de las secretarías de Estado disminuye conforme se eleva el puesto y el nivel de ingresos”, señala el estudio. “Sólo 30% de las direcciones generales son ocupadas por mujeres, mientras que este porcentaje disminuye a 28% para las jefaturas de unidad, el tercer puesto de mando más alto”. Todo eso sin mencionar otra disparidad: incluso en los puestos de mando medio y superior “las mujeres ganan, en promedio, 10% menos que los hombres”. O sea, llegan pocas a las alturas y las que logran eso están peor pagadas.
El estudio, que puede consultarse aquí (https://imco.org.mx/la-desigualdad-de-genero-en-la-administracion-publica-federal-persiste/), destaca otros hallazgos, por no llamarlos deudas o de plano aberraciones:
“Aunque las mujeres tienen mayor nivel de escolaridad, persiste la desigualdad en los puestos. El 43% de las servidoras públicas cuenta con una licenciatura, en contraste con el 35% de los servidores públicos. Sin embargo, hay 33% menos mujeres en los puestos de mando”.
“En la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y en la Secretaría de Educación Pública no hay mujeres al frente de las jefaturas de unidad. Existen tres puestos y ninguno lo ocupa una mujer”.
“Por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer percibe, en promedio, 74 pesos (…) A pesar de que el gobierno federal cuenta con un tabulador de sueldos, éste no compensa la desigualdad de género que existe en los puestos directivos. Una menor participación de las mujeres en los cargos jerárquicos más altos tiene un impacto en la brecha salarial”.
“Sólo el 6% de los puestos de jefatura de unidad en el mayor nivel de ingreso (154 mil 472 pesos) es encabezado por una mujer”.
En el estudio, de 33 páginas, se puede revisar secretaría por secretaría, de manera que es posible armar el siguiente cuadro de horror: las seis secretarías que tienen más brecha salarial son Turismo (-27 por ciento) y Relaciones Exteriores (-18 ); les siguen Trabajo (-14 por ciento) y Función Pública, Gobernación y Economía, con una diferencia negativa de 12 por ciento entre lo que ganan hombres y mujeres. Las últimas cuatro, por supuesto, presididas por mujeres.
Estudios como este levantan el telón y permiten ver que la disparidad salarial está lejos de haberse desterrado.
Menos discursos feministas, menos fotografías del presidente de la República con un gabinete presidido a la mitad por mujeres, pero que más allá de ese nivel la terca realidad salarial contra ellas persiste. El gobierno “más feminista de la historia” es, en términos de equidad, un Everest inescalable.