Van tres episodios del sector aeronáutico y una pregunta:
1. Cuando en 2021 Estados Unidos bajó a México la calidad de seguridad aérea, el verano pasado, la voz del gabinete que más fuerte sonó fue la del canciller Marcelo Ebrard, quien se hizo cargo de declaraciones.
2. Cuando tres aerolíneas mexicanas pretendían cobrar el equipaje de mano, la autoridad que se llevó el protagonismo fue… la Profeco.
3. Y ahora, al estallar la indignación y los reclamos porque dos aviones de Volaris estuvieron en riesgo de colisión en el AICM, el que entra a sacar las castañas del fuego es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
La pregunta: entonces qué hace el ingeniero Jorge Arganis, titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, cabeza del sector aeronáutico.
Más ejemplos de cosas que pasan en este disfuncional gobierno. Jorge Arganis no es el encargado real de otros aeropuertos: el AIFA, por mencionar alguno, es de los militares. Ni de los puertos –su antecesor, Javier Jiménez Espriú renunció hace 22 meses cuando le quitaron esos centros logísticos para dárselos a la Marina Armada.
Arganis no pinta: no es crítica, es descripción.
Cómo estarán las cosas que un recién llegado a la SICT como Rogelio Jiménez Pons, que cayó de rebote en esa dependencia luego de ser castigado por lo que el Presidente consideraba como retrasos en el Tren Maya, en pocas semanas asumió mayor presencia mediática y visibilidad que el secretario que lleva casi dos años.
Si el ingeniero no es la voz que manda ni en el Tren Maya (obra de comunicaciones y de infraestructura, supongo), ni en el Felipe Ángeles (que si algo no tiene a mes y medio de haberse inaugurado es infraestructura de acceso), y ahora en la crisis por los controladores aéreos no ha figurado, entonces de qué la gira.
A veces hasta echándole todas las ganas es muy difícil tratar de entender al presidente López Obrador.
Si su afán era tener en plazo récord el aeropuerto en Santa Lucía, por qué no tener un secretario de Comunicaciones que si ya no se va a encargar de la terminal aérea porque ésa la hará la Sedena, sí garantice que esté lista la infraestructura necesaria para conectar al AIFA a la macrópolis. La semana pasada había reportes de que una vía de acceso estaba detenida.
Si ahora lo que más le importa es sacar adelante el Tren Maya, para qué necesita a un empresario (el dueño de Vidanta) que ya le trajo polémicas, que copreside reuniones con el improvisado titular de Fonatur, Javier May, cuando tiene toda una secretaría que desde el titular hasta otros funcionarios deberían desbrozar el azaroso camino de trámites y estudios a las compañías constructoras.
Y en el tema del AICM tuvo que entrar Adán Augusto, quien presidió una reunión el lunes, y que este martes publicó un comunicado con el logo de Segob en el que enmiendan el polémico decreto del subsecretario de Transportes, Jiménez Pons, de que se reducirían slots en el Benito Juárez.
AMLO no usa a los secretarios ni como fusibles. Todas las crisis le llegan a Palacio. Y aunque el Presidente minimizó las denuncias del incremento de incidentes en el espacio aéreo, puso a la Segob a negociar y anunciar que se llevarán chárteres y carga al AIFA, y que mejorarán la seguridad aérea.
Demasiados episodios pero la misma duda: si ejercer, con todas sus letras, como titular de la SICT no es la chamba de Jorge Arganis, si ese no es su encargo presidencial, ¿entonces cuál será? ¿Alguien sabe?