En la reunión de este martes con la alta burocracia de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a sus colaboradores varias cosas, además, claro está, de definir si se quedan hasta el final de su administración en 2024 o si se van a buscar una candidatura.
Los empresarios de México ya vivieron el particular método de AMLO de recibir un papelito para comprometerlos por escrito a algo. Lo hizo cuando pidió a potentados una coperacha; y lo hizo ayer al solicitar a sus principales operadores en el gobierno que apuntaran si quieren candidatura o quedarse.
Así fue la reunión en Palacio Nacional. En la hoja que le repartieron a cada alto burócrata lopezobradorista se le pedía a éstos asentar si deseaban participar en algún proceso electoral federal o local, y de ser el caso cuál fecha de la salida tenían pensado.
De forma que ayer mismo el tabasqueño supo quién se queda, quién se va y, en su caso, a quién pedir que cambie de opinión en un sentido u otro.
En el cónclave el Presidente aprovechó para reiterar que no quiere que sus colaboradores intervengan en el proceso interno de selección de candidato o candidata a la presidencia de la República, anunciado el domingo pasado.
López Obrador fue enfático en que busca por todos los medios evitar fracturas en su movimiento. Que por eso mismo cualquier injerencia o apoyo de algún colaborador a cualquier corcholata generaría la sensación de injusticia y, consecuentemente, el riesgo de división o resentimientos.
Con la misma claridad dijo que una vez resuelta la candidatura esperaba el apoyo de todos sus colaboradores a quien resultara ganador(a) de ese proceso. Lo dicho: AMLO suele decir en privado lo que dice en la mañanera. Que no debiera usar el Palacio Nacional para asuntos partidistas es otra cosa.
Pero Andrés Manuel no sólo habló con miembros de su gabinete legal y ampliado de elecciones. Acaso sea igual o más importante lo que pidió a sus colaboradores en términos de prioridades gubernamentales.
El mandatario dijo que lo más importante es acabar las grandes obras, y que pide a todos tener en seis meses todo listo, como si el cierre del gobierno fuera en diciembre de este año, es decir nueve meses antes del fin formal y legal de su gobierno.
Agregó que además de obras prioritarias como el Tren Maya o el Corredor Transístmico tiene pendiente mejorar las condiciones de los trabajadores del Estado y ampliar la basificación de esos burócratas.
Algo parecido, hay que decir como obvia referencia, ha anunciado Claudia Sheinbaum en estos, sus últimos días en la jefatura de Gobierno: aseguró que hizo justicia a la burocracia local en términos de salarios y contrataciones formales.
López Obrador sigue en un ritmo de vértigo con respecto a preparar todo para la verdadera prioridad que se ha fijado: la electoral.
Remueve el árbol de sus colaboradores para ver quién se quiere desprender de la rama y buscar una candidatura, o con quién ha de llegar al final del sexenio.
Resulta llamativa la demanda que le hace a su gabinete de estar listos para que en diciembre de este año esté todo concluido. Los tiempos del gobierno seguirán a los de las campañas y pretende que nadie tenga pendientes una vez que arranquen los procesos electorales.
AMLO aprieta el paso en el gobierno para tener la espalda ligera cuando lleguen las campañas. Pero ¿qué querrá decir eso de que una vez que haya candidato o candidata sus colaboradores apoyen a esa persona? ¿Cómo se hace eso desde el gobierno?