La Feria

Creel, servicio a la patria

Si Santiago Creel entendiera que el disfuncional y corrupto foxismo es causante del hartazgo que justifica la irrupción y vigencia de López Obrador, se haría a un lado del FAM.

El jueves en el primer foro del Frente opositor, por unos segundos pareció que al fin Santiago Creel había entendido que le toca hacer un servicio a la patria. Pero no fue así, no renunció ese día a la competencia donde no aporta, aunque por unos instantes parecía que lo haría.

Fue en la alocución final cuando, por un momento, pareció que Creel había tenido una epifanía. “Hoy es momento de definiciones, hay que saber dónde está parado cada quien”, dijo momentos después de agradecer la presencia de su familia en el foro de los cuatro aspirantes a la candidatura opositora.

¿Dónde está parado Creel? En el mismo lugar desde que fue una promesa fallida del sexenio de Vicente Fox. Tuvo el cargo más importante en ese gabinete. Y tal sexenio es recordado con la frustración de que, contra lo prometido, sí le fallaron a México.

La población no quiere una vuelta al pasado. Ni al priismo de los 70, ni a gobiernos de alternancia incapaces de sacudirse la cultura de las cuotas y los cuates, de los ‘moches’, de los arreglos en lo oscuro, de soluciones tecnocráticas a rajatabla y contra los pobres.

Santiago Creel tuvo una época donde aportó a la democracia. Fue un momento estelar de su biografía. Pero de eso hace tres décadas, y fue precisamente cuando no estaba en la política de forma militante. Una vez que entró a ella no supo qué hacer con el poder.

Esa inoperancia suya está probada y estos últimos años en la Cámara de Diputados son un nuevo recordatorio al respecto. Como abogado ciudadano aportó para desmontar algunos grilletes del autoritarismo priista, para que las elecciones mejoraran, pero como político en el foxismo tocó su techo.

Y más que eso. En el sexenio de ese guanajuatense que hoy porfía en ser un mal expresidente, en devaluar su imagen incluso como persona, en esa administración se cocinó, con Creel en Gobernación, el desafuero de AMLO, uno de los enjuagues más burdos para bloquear electoralmente a un político.

Eso es Creel en 2023: un emblema de un malogrado sexenio al que no se revalora ni viendo cómo va el gobierno de López Obrador.

El jueves, al concluir su participación, Creel dijo que hay hoy dos proyectos no sólo contrarios, sino contradictorios. Así contrastó tan divergentes caminos:

Mientras que López Obrador quiere concentrar todo en un solo mando, el Frente quiere democratizarlo en un gobierno de coalición.

Mientras Andrés Manuel fomenta el odio, el frente fomenta la reconciliación nacional.

El actual gobierno destruye nuestras instituciones, nosotros queremos reconstruirlas, mejorarlas, aprender de nuestros errores y sacar unas mucho mejores.

AMLO hace pactos con los criminales, nosotros queremos poner orden y Estado de derecho, y los criminales a la cárcel, donde deben pagar lo que han hecho.

El Presidente quiere programas sociales como instrumentos electorales, nosotros queremos una política social que abra las oportunidades a todos.

Esas fueron las diferencias entre proyectos de 2024 que Creel destacó en el foro del jueves.

Si Creel entendiera que el disfuncional y corrupto foxismo es causante del hartazgo que justifica la irrupción y vigencia de AMLO, se haría a un lado. Porque así fuera atendible, su diagnóstico de los dos proyectos, en boca suya no es creíble.

En cuestión de horas el Frente revelará cuál de los cuatro finalistas ya no sigue adelante.

Creel fue secretario de Gobernación y ni así logró ser candidato panista en 2006. ¿Más argumentos? Hoy nada aporta al Frente, ojalá sirva a la patria haciéndose a un lado, y sin pedir senaduría a cambio.

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