La Feria

2024: el difícil parto de la tercera candidatura

Disputar es la palabra para nombrar la participación de Samuel García, porque no tiene asegurada la candidatura de MC a la Presidencia. Marcelo Ebrard está considerado.

Mientras Nuevo León se aprestaba a irse a dormir anoche con dos gobernadores, lo cierto es la ambición de Samuel García por disputar la candidatura a la presidencia de la República de Movimiento Ciudadano. Fuera de eso, todo es motivo de especulaciones en ese estado.

Este miércoles el Congreso del Estado de Nuevo León dio a García lo que éste tanto pidió: la licencia para ausentarse de su obligación como Ejecutivo de la entidad norteña. El trámite ha sido un galimatías legal y motivo de complejas vencidas entre PRI y PAN neoleoneses y el joven gobernador de MC.

La tarde de ayer, luego de que García dijera que iría al Instituto Nacional Electoral a pedir amparo dado que el Legislativo de su estado le exigía más claridad sobre la solicitud tramitada el martes, de forma sorpresiva el Congreso resolvió positivamente la petición y de inmediato nombró interino.

Así, el 2 de diciembre Samuel puede irse a su aventura electoral, eso lo ganó; pero donde perdió es que quien lo sustituiría a partir de esa fecha es José Antonio Salinas, presidente del Tribunal Superior de Justicia. Anoche el Congreso esperaba tramitar una posible toma de protesta posfechada. Literal.

Y precisamente, que los diputados pretendan impedir a García que su sustituto temporal sea alguien de su confianza, y en un contexto de dudas sobre la legalidad de que un funcionario del Judicial pueda pasar al Ejecutivo, llevó al gobernador naranja a anunciar anoche que se opondrá a la jugada.

Con ello, la pugna entre los partidos (PRIAN) que no sólo han significado una piedra en el zapato de García en sus dos primeros años de gobierno, sino que pueden, a juicio de observadores locales, ganarle localmente en 2024, entra en una nueva fase. Legal y política.

Pero que Samuel García parece decidido a disputar la candidatura emecista a la Presidencia, eso que ni qué. Disputar es la palabra porque no tiene asegurada esa posición, ya que Marcelo Ebrard es considerado para la misma.

En dos años de gobierno García ha logrado darle un vigor a NL que su antecesor Jaime Rodríguez el Bronco nunca logró. La personalidad de Samuel, su mediática forma de gestionar su comunicación en pareja, y buenas noticias en términos de inversión para el estado le han dado bonos.

Para qué entonces desperdiciar un impulso regional que va en ascenso al perseguir una aventura donde las otras dos participantes le superan en las encuestas, por mucho, y en experiencia nacional, así como en acuerpamiento partidista (MC es una franquicia prácticamente marginal).

Las respuestas que en Nuevo León –donde estuve ayer– algunos dan son: por ambición, es decir, tiene una aspiración desmedida; y porque “amor con amor se paga”: la Federación, léase AMLO, le ha apoyado y él retorna el favor esperando ganar incluso si pierde.

Quienes lo han seguido creen que García siente que así como ha ganado sus anteriores campañas puede conseguir la presidencial. Si está equivocado en sus cálculos, o no, es una discusión que no anula que él crea que tiene posibilidades reales.

Pero lo que advierten quienes lo observan es que García falla si considera que perder en la presidencial no representará una derrota: se equivoca, dicen, si calcula que ayudará a MC a aumentar votos en las elecciones locales de NL de 2024. El PRIAN, aseguran, le ganará.

Todo es especulación sobre los motivos de Samuel, todo menos el hecho de que presenciamos el tortuoso parto de la tercera candidatura presidencial. ¿Así sea con fórceps porque urge ayudar a Morena dividiendo a la oposición?

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