Ahora que salen tan abultadas ventajas para Claudia Sheinbaum en encuestas, escuché a alguien decir que qué fenómeno es la exjefa de Gobierno, pues cuenta con preferencias que ni aquel vendaval de candidato que fue López Obrador gozó.
Recupero aquí cifras de encuestas de varias elecciones publicadas por el diario Reforma, que por cierto cumple 30 años este mes y estrena a Roberto Zamarripa como director. Doble enhorabuena por ello.
En enero de 2006 Andrés Manuel López Obrador tenía 39 por ciento de las preferencias electorales contra 30 por ciento de Felipe Calderón.
Días antes del debate de finales de abril, la tendencia se había no sólo cerrado, sino cruzado: el panista llegaba a 38 por ciento mientras que AMLO caía a 35 por ciento. Y tras el debate, el michoacano subió a 40 por ciento y el tabasqueño bajó a 33 por ciento.
A mediados de junio, y tras nuevo debate, otra encuesta de ese rotativo –por cierto, entonces comandaba ese departamento Alejandro Moreno, hoy y desde hace varios años jefe de tal encomienda en EL FINANCIERO– Andrés Manuel tenía 37 por ciento de las preferencias y Felipe 35 por ciento.
Así se enfilaban, con Roberto Madrazo en un sólido tercer sitio, rumbo al que resultaría traumático 2 de julio de 2006.
Finalmente, y para dejar registro de una cosa similar en tiempos, en noviembre 21 de 2005 Reforma publicó que Felipe Calderón, que recién había ganado a ese campeón de las derrotas que es Santiago Creel la nominación panista, alcanzaba al exjefe de Gobierno del Distrito Federal: AMLO 29 por ciento, FCH 28 por ciento y Madrazo 21 por ciento.
Seguro los expertos en encuestas nos dirán que no son cosas comparables. Que son momentos distintos, que las redes sociales, que AMLO hace campaña por Claudia…
No sé, Rick, suena raro que quien sobrevivió un desafuero y salió de él proyectado nacionalmente como víctima de un complot, que se probaría bastante cierto, batallara para despegarse en las preferencias y ni en sueños disfrutara a lo que tiene hoy Sheinbaum frente a Xóchitl Gálvez.
La de 2012, ya se sabe, fue una mala campaña para AMLO. Y, sea lo que sea, el priista Enrique Peña Nieto fue un candidato pegador. Fuera de eso no hizo gran cosa, pero candidato energético y avasallante sí era. ¿Cuánta llegó a ser su ventaja frente al tabasqueño que, insisto, tuvo deficiente desempeño?
En junio de aquel año electoral Reforma publicaba que EPN cerraba campaña con 41 por ciento y que López Obrador se quedaba en 31 por ciento. Josefina Vázquez Mota, por el PAN, 24 por ciento.
La campaña arrancó en marzo con un 36 por ciento de preferencia bruta a favor del mexiquense y con Josefina en segundo sitio con 26 por ciento, mientras que el tabasqueño estaba en tercer lugar con 18 por ciento. Peña ganaría por siete puntos la elección.
Seis años después, perfiladísimo a la presidencia de la República, en febrero de 2018 López Obrador le llevaba 10 puntos efectivos a Ricardo Anaya: 42 por ciento vs. 32 por ciento, respectivamente. En tercer lugar, José Antonio Meade tenía 18 por ciento.
Para entonces el departamento de encuestas de Reforma lo presidía Lorena Becerra, que recién salió de esa posición. En abril, la encuestadora tituló su siguiente entrega así: Consolida AMLO ventaja. La diferencia entre el morenista y el panista era ya de 22 puntos. Finalmente el 30 de mayo, la distancia era de 26 puntos entre ambos.
El resultado final, en votos, distó más de 30 puntos porcentuales. Claro, no se debe obviar que Anaya fue sujeto de una campaña judicial de parte del gobierno de Peña Nieto en plena elección.
Dos grandes candidatos, Peña y López Obrador, nunca soñaron las ventajas que hoy tiene Claudia Sheinbaum. Qué estará pasando.