La Feria

AMLO: las herencias

AMLO paga favores y engorda la idea de que Morena sigue siendo ese ómnibus en el que caben todos los arrepentidos y “bien portados”.

Una cosa es que, de ganar Claudia Sheinbaum, no inicie un maximato (porque no sería instrumento de AMLO, sino que buscará ser coconductora del lopezobradorismo), y otra que no haya que registrar decisiones frescas del Presidente que impactarán la eventual nueva administración de Morena.

Que a estas alturas del cierre del sexenio en el Senado haya una audiencia para oír lo obvio, que Omar Fayad carece de méritos diplomáticos, refleja la determinación presidencial de seguir en el caro pago de favores, así esa retribución termine repercutiendo a la siguiente gobernante.

El hidalguense está a punto de convertirse en un embajador, para mala fortuna de mexicanos y noruegos, transexenal.

Otros de los tránsfugas priistas que aceptaron similar lenteja han desquitado ya el gusto de la propina diplomática que López Obrador les pichó con cargo al erario. La decencia indicaría que, satisfechos, pueden renunciar en 2024.

Pero Fayad apenas comenzará a sangrar del presupuesto el gravamen de su novatez y desconocimiento diplomáticos.

Ojalá en eso queden los costos en Noruega, y no haya que lidiar, si llega Sheinbaum a Palacio, otros embarazosos saldos de la inexperiencia de Fayad. De ganar Xóchitl Gálvez, en octubre el hidalguense regresaría a la tierra de la barbacoa, para alivio de todos, incluido seguramente él.

Fayad, sin embargo, no es un caso único. Y me refiero no a los que lo antecedieron desde Sinaloa, Sonora o Quintana Roo, sino a Alejandro Murat, cuya presencia el domingo en un acto de Sheinbaum resulta por demás contradictoria del mensaje de pluralidad y futuro que ella pretendía enviar.

Este exgobernador de Oaxaca poco tiene qué aportar en un evento donde la precandidata buscaba presumir una convocatoria de personas con opiniones surgidas de la experiencia y la autoridad, con el añadido de que se trataría de perfiles no necesariamente cercanos al lopezobradorismo actual.

Las prendas de Murat jr. sobre lo mencionado en el párrafo anterior son, digamos, cuestionables. ¿Experiencia? ¿Del Infonavit? ¿De un Oaxaca sin avances al punto que ni aspiró a retenerlo para su partido? Antes al contrario, parecía afanado en entregar esa entidad a Morena.

Lo que resulta más intrigante de esa invitación al evento llevado a cabo en el Museo Interactivo de Economía es, ¿lo invitó la precandidata o estamos ante un encargo de López Obrador para la aspirante? A final de cuentas, quien tendría algún tipo de deuda con júnior es aquel y no ésta.

¿Qué le aporta, es pregunta sincera, Murat jr. a la precampaña de Claudia? ¿Operación en Oaxaca? Tiene ahí a Salomón Jara, uno de los mandatarios que más la han apoyado, y uno de los que mejor domina el territorio. Fuera Salomón como Cuauhtémoc Blanco, se entendería, urge quién ayude en Morelos. Pero Oaxaca está cubierto. Y hasta agraviado por invitar a Murat jr.

Así que es imposible no pensar en quien se dijo siempre muy agradecido con Murat jr. Y puestos en esa línea es obligado trazar un paralelismo. Si a tantos ha pagado tan bien el Presidente, ni modo que deje sin su regalo de Navidad a Alfredo del Mazo y, si me permiten estirar la liga, a Alejandra del Moral.

Si invita al exgobernador de Edomex y a la candidata perdedora, que nunca se empleó a fondo contra Delfina Gómez, López Obrador estaría en su propia lógica de corresponder y, al mismo tiempo, seguir agrupando cuadros para echar montón en la elección de 2024.

AMLO paga favores y engorda la idea de que Morena sigue siendo ese ómnibus en el que caben todos los arrepentidos y “bien portados”. Personajes que, como sea, heredaría Claudia Sheinbaum.

COLUMNAS ANTERIORES

Ricardo es Ricardo, pero ¿quién es Adán?
Preparativos para la gran repatriación

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.