La Feria

La oposición no deja error sin cometer

La oposición estaba feliz antenoche, presumiendo sus papeletas en contra de la segunda terna, donde repetían Batres y Bertha Alcalde. Por increíble que suene, festejaban abriendo la puerta al presidente López Obrador para que se radicalice.

Cuando en el recuento de los daños se pondere la “genialidad” política de AMLO, habrá que descontar de la misma la negligente impericia de la oposición que le tocó. El Senado opositor es el ejemplo más reciente de ello.

Va a cuenta de esa oposición el que llegue a la Suprema Corte una lopezobradorista ultra, que durante la examinación a la que fue sometida fue explícita en su apego a una agenda en contra de la actuación independiente que han mostrado la mayoría de las y los ministros.

Lenia Batres debería mandar arcones a los líderes (es un decir) opositores para agradecer que hayan decidido condenar a la Corte al guion más radical de Palacio. Ella no podrá ser reclamada si con enjundia inicia un proselitismo para reformar al Judicial e imponer la austeridad a rajatabla que demanda Morena.

La nueva ministra tiene estas ideas sobre decisiones o posturas de la Corte en tiempos recientes:

-Acusa al pleno de invadir facultades del Legislativo y el Ejecutivo.

-Deplora que no haya emprendido una austeridad.

-Sostiene que el Poder Judicial no tiene justificación para defender sus fideicomisos.

Todo eso lo dijo el 27 de noviembre, cuando compareció en el Senado como integrante de la primera terna que el Presidente envió al Legislativo para ocupar el asiento que dejó Arturo Zaldívar, quien renunció para irse de porrista a la campaña de Claudia Sheinbaum.

“El Poder Judicial actual está extendiendo las facultades que la Constitución y las leyes le dan. Ha violentado la Ley de Amparo al otorgar suspensiones con carácter general de leyes completas, como lo hizo con la reforma electoral y la Ley General de Comunicación Social.

“También, ha violado la Ley de Amparo, que no le faculta para suspender actos del Poder Ejecutivo, como la distribución de libros de texto gratuitos de manera general en entidades de la República”, dijo ese día.

La oposición estaba feliz antenoche, presumiendo sus papeletas en contra de la segunda terna, donde repetían Batres y Bertha Alcalde. Por increíble que suene, festejaban abriendo la puerta al presidente López Obrador para que se radicalice.

PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, junto con las minibancadas de PRD y Grupo Plural, fallaron en entender que desde la primera terna había una opción óptima. Ni siquiera una para un escenario de mal menor. Una óptima. La oposición no quiso hacer política y hoy le mete una golpazo a la Corte.

Alcalde era la opción que permitía albergar la posibilidad de un escenario menos militante. Sin ingenuidad, con realismo, esperar que en su periodo de 15 años tuviera un desempeño en el que, sin renunciar a su origen, a su agenda progresista, emprendiera una ruta legal antes que política.

Porque Alcalde tiene carrera más allá del lopezobradorismo (trabajó de 2008 a 2015 en la reforma del sistema de justicia penal) e interlocución con juristas ajenos a ese movimiento.

Era políticamente insensato demandar ternas ajenas al credo de AMLO. Pero la oposición se aferró a ese treta –como si en el pasado los otros presidentes de la alternancia hubieran nombrado ternas de ideología contraria o gran distancia a su agenda– en su negativa a explorar la mejor opción posible.

Ahora Lenia le debe todo al Presidente, y nada de nada al Senado opositor. Fine.

Uno es el error y lo demás sus consecuencias, dicen que decía Obregón. El de la oposición fue no querer ver desde la primera terna que había una buena oportunidad de no caer en el peor escenario. Mas estos opositores no dejan error sin cometer. Pobre país.

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