El PRIAN colapsará no sólo porque mienten en sus promesas de renovación, sino porque ni siquiera tienen la disciplina de repartir el botín con discreción. Así, lo que amenazaba con ser una pésima semana para Claudia Sheinbaum pasará a segundo plano gracias a la oposición.
Panistas y priistas demostraron en diciembre su capacidad para descarrilar una amenaza. El gobernador de Nuevo León se rajó de ser candidato de MC luego de que el PRIAN se constituyera como bloque infranqueable en el Congreso local.
Samuel García sí amenazaba con convertirse en un revulsivo de las presidenciales, y ante la posibilidad de terminar en el tercer sitio, las dirigencias del Revolucionario Institucional y de Acción Nacional doblaron al emecista al impedirle poner interino a modo.
Haya o no el lopezobradorismo patrocinado la fallida aventura del regiomontano, lo cierto es que esa candidatura, en tanto que dividiría el voto opositor, obraba en beneficio de la candidata Sheinbaum. Así que el PRIAN pudo presumir como doblemente estratégico el golpe contra García.
Y si de confirmar un mensaje de vigor se trataba, este naciente año el PRIAN ya propinó otro vistoso descalabro a Morena, al impedir el lunes la continuidad de Ernestina Godoy en la fiscalía capitalina. La polémica fiscala se ha tenido que ir en medio de señalamientos de militante parcialidad.
Golpes así suponían agua de mayo para la oposición que, según propagandistas oficiales, no tiene posibilidades en las presidenciales. Sobre todo, si llegan en horas en que, sorpresivamente, desde el oficialismo se denuncian supuestas aportaciones ilegales a la campaña de Claudia.
Las aseveraciones de una colaboradora de López Obrador, de que le pidieron mocharse con 20 por ciento de una liquidación laboral para destinarla a apoyar a la candidata de Morena, amenazaban con convertirse en una tormenta mayúscula, dado que encima se publicaron en La Jornada.
La llamada campaña perfecta de Claudia enfrentó el lunes turbulencias. Ella, que es ponderada por su disciplina y método, por apegarse con puntualidad al guion que dicta que, al ser quien lleva gran ventaja, debe cuidarse de no cometer errores, ahora tendría que lidiar con cañonazos de “fuego amigo”.
Y si bien la denuncia del presunto diezmo a la campaña oficial todavía podría constituirse en un gran dolor de cabeza, cuán providencial ha resultado para Sheinbaum que sus adversarios, en vez de saborear el momento de nubarrones que asoma para Claudia, decidan pelearse ellos también.
Marko Cortés, líder nacional del PAN, es un cínico con la madurez política de un chorlito. Eligió justo este martes para reclamar al gobernador priista de Coahuila el incumplimiento de un pacto para repartirse nombramientos y canonjías luego de que en alianza compitieran el año pasado en esa entidad.
A salvedad de que revele que su cuenta de la red social X fue hackeada, no se entiende qué pretendía ganar con la publicación ayer de un pacto donde se exhibe como un panista que tiene la cachaza de firmar la cesión de notarías, la permanencia de magistrados y ventanillas gubernamentales múltiples.
La lista de lo pactado no habla de un proyecto de gobierno de coalición en Coahuila, sino de un reparto de botín, de burlar promesas de que buscarían el bien de la población de ese estado: sólo ven por ellos y sus personeros. ¿Quién y a cambio de qué iba a recibir las seis notarías “panistas” que firmaron?
Sheinbaum puede respirar con relativa tranquilidad. Justo cuando su fiscala fue humillada, y ella acusada de ilegales diezmos, Marko decidió que su ambición, y exhibir cómo entre cuates se reparten cuotas, era lo más importante.