El futuro de Jesús Ramírez Cuevas podría estar en el Senado. De ser así, el vocero de Andrés Manuel López Obrador entraría en la puja de las preciadas posiciones de Morena para la Cámara alta. Una medida que representaría un premio y un nuevo desaire para Claudia Sheinbaum.
Ramírez Cuevas no es sólo el encargado de la comunicación del Presidente y del gobierno de la República. Se ha convertido en el operador de la estrategia para socavar a todos los adversarios del tabasqueño, una cosa que va más allá de la mañanera, y en una fuerza que gravita en cierto lopezobradorismo.
El pleito de Sanjuana Martínez con el encargado de la comunicación social de Palacio Nacional, detonado en público muy temprano este año, permite a la sociedad atisbar los alcances de lo que opera Ramírez Cuevas. La exdirectora de Notimex le acusó de dejarle sola, y luego reveló un audio donde lo exhibe.
En el audio filtrado se oye a Ramírez Cuevas planear una jugada para pasar por encima de algunos trabajadores de la extinta Notimex. Su expresión, ya comentada aquí, de que a varios habría que darles “cuello” era “justificada” por el vocero, en la conversación, como que se trataba de algo “político”.
Esa operación ‘política’ incluiría una nómina de propagandistas que operan bajo consigna y sueldo de quien provenía de una izquierda que prometió una agenda muy distinta al abuso de posiciones públicas para fines partidistas.
El audio es estampa que evidencia el enorme poder que adquirió Ramírez Cuevas en el sexenio. Pero hasta hoy la cumbre de esa capacidad es, sin lugar a dudas, el papel que jugó para derrotar a Claudia Sheinbaum en el intento de ésta de que la candidatura en la CDMX recayera en Omar García Harfuch.
El triunfo de Clara Brugada en la contienda interna para competir por la jefatura de Gobierno de la capital no es concebible sin la figura de Ramírez Cuevas. Quizá por eso es que hay quien ya lo ubica como alguien que podría colocarse en la eventual administración de la exalcaldesa de Iztapala.
Pero otras versiones no descartan que en la lista final de candidatos a senadores se cuele el nombre de Ramírez Cuevas, como un reconocimiento a la cercanía que logró con el presidente López Obrador, y como el premio de llegar a puerto seguro por si cualquier cosa se ofreciera a partir de octubre.
Andrés Manuel pagaría de esa forma los servicios de quien llevó las conferencias mañaneras a un ejercicio cada vez más degradante para el debate público, de quien inventó una camada de paleros y de quien produce insumos para una polarización que es diseminada por bots y propagandistas.
Si llega al Senado representará al sector morenista que resistirá cualquier intento de Claudia Sheinbaum por trazar puentes de moderación o apertura. Será un factor de influencia de aquellos que no creen en que el futuro tiene que tener matices o acercamientos a sectores denostados en este sexenio.
Y constituirá un nuevo tallón a la candidata, que se afana en mantener a toda costa la unidad del movimiento pero desde Palacio Nacional una y otra vez le imponen decisiones que rayan en la descortesía.
¿Cuántos de quienes están hoy con Sheinbaum participan porque ella así lo decidió y cuántos son recomendados, a fuerzas, de AMLO, que los envió para pagar deudas que él adquirió y que endosa sin más a la candidata? Si ustedes piensan en un Murat como ejemplo, no andarán tan desencaminados.
Otros voceros presidenciales pasaban a retiro con sus jefes. No sería el caso.