Ya se siente a full la campaña. Cada situación, programada o coyuntural, se presta para la rebatinga. A diferencia de 2018, ya no digamos de 2006, lo que destaca es que, a pesar de tanta encuesta donde aventajan, los partidarios de Morena parecen malhumorados.
Sonrían, van ganando… ¿o van perdiendo y de ahí el rictus?, ¿tienen razones para sentirse inseguros, como si creyeran inminente el tropezón?, ¿del plato a la boca se cae un triunfo presidencial que llevan meses cantando, el anhelado carro completo?
Por qué su paranoia de 360 grados. Ahora anuncian que irán con los gigantes digitales para pedir que no les hagan chanchullo, ¡a ustedes!, expertos en… redes sociales, o qué creían que iba a poner; a ustedes, que diario se santiguan para agradecer que exista internet. Ay, manos.
¡Y sus quejas sobre las autoridades electorales! Ni el América en sus mejores años tenía tanto control de los árbitros ni tanta manía –aquí sí a lo mejor exagero, ya que se dan un quién vive en eso de tirarse a la marrullería– por hacerse pasar como víctimas de injusticias galácticas.
Tienen servidores de la nación, el presupuesto oficial para los medios otorgado a contentillo a quienes les conviene o les consienten en sus peticiones, consejeros del INE, magistrados del tribunal, ministros de la Corte, mayorías legislativas, 23 estados y ¿una cara de muina?
Quién les hizo qué para que no sonrían, para que no estén la mar de sonrientes a menos de 75 días de una elección donde las oposiciones dan la nota, ayer hoy y mañana, por su desunión, lapsus, traspies, cabezazos, escándalos y falta de recursos (de todo tipo).
A poco les preocupan los audios de Loret. ¡Nombre! Si ustedes dicen que nadie le cree. O las versiones de casas de ensueño en Veracruz que ni la Gaviota en sus mejores días. Qué es una casa más, ni quién le cuente las rayas al tigre, sólo envidiosos impotentes hacen eso.
Van requetebien. Creánme. Con Morena la paz de Chiapas, por ejemplo, es tan de lujo que ya ni las víctimas se quejan.
¿Quién va a echar de menos las zonas arqueológicas chiapanecas secuestradas? Ni los del Tren Maya; a qué ir a San Cristóbal si para caos y gomichelas, ahí está Tepoztlán.
Sonrían y hagan como que creen al Reforma y sólo dudan sobre cuántos priistas que ganen curules y escaños se rajarán el 1 de septiembre para engordarles el caldo legislativo: ya saben, barato es aquello que se compra con dinero, o con presupuesto, pues.
Al oírlos debatir en medios uno diría que los que no saben qué de su vida será son ustedes, no los prianistas, no los emecistas. ¿Qué agobio les carcome?, ¿hay algo que les mortifique?, ¿problemas para dormir por pesadillas electorales? ¡Nombre! Hueso habrá, no worries.
¿Que AMLO se acabó los guardaditos? Mentira. Que se requerirá una reforma fiscal y eso es impopular. Ay, no, con austeridad y cero corrupción alcanza. Que la deuda de Pemex es un hoyo negro, que el sistema se le cayó a la CFE... Quién mejor que ustedes para echarse trompos así a las uñas, digo, no, a las uñas no, a la mano, o al suelo, ya, a donde sea, pero serán todos suyos.
Sonrían, que con tan desarticulada oposición, con empresarios tan convenencieros, con la verdadera izquierda social desarticulada, con sindicatos felices del priismo reloaded, van a ganar…
Salvo lo que les cuesten sus pugnas internas y la cerrazón de Palacio, la victoria está a la vuelta de la esquina. Ora sí, ¿una sonrisita?