La Feria

Las pensiones, pecados de forma y fondo

El paso positivo dado en 2020 en el tema de las pensiones está ensombrecido por la forma en que ahora se pretende que el gobierno reciba fondos no reclamados de las Afore.

Cuando se pensaba cómo sería este sexenio, las pensiones, sobre todo las Afores, eran un temor tipo tabú. ¿Tocaría AMLO fondos de las jubilaciones de los trabajadores, cancelaría el modelo de ahorro para el retiro? Sobre eso, en 2024 el Presidente ha dado un polémico paso.

A Andrés Manuel López Obrador hay que acreditarle que modificó el sistema de ahorro para el retiro a fin de que los trabajadores se beneficien de una mayor aportación patronal, de forma que sus jubilaciones eventualmente serán más cercanas a 100 por ciento.

Ese positivo paso dado en 2020 ahora es ensombrecido por la forma en que el tabasqueño pretende que el gobierno reciba fondos de las Afores que no hayan sido reclamados.

La medida alimenta temores previos y posteriores a la elección de 2018. Ejemplo de esto último es la mañanera del 7 de noviembre de 2022, cuando le preguntaron sobre cambios a la ley que regulaba el fondo de estabilización de los ingresos presupuestarios:

-¿Es cierto que el gobierno federal vaya a tocar los fondos de ahorro para el retiro de reservas del IMSS, del ISSSTE, de Infonavit, de bonos de pensionados y acciones de las Siefores? –se le cuestionó.

AMLO: “No es cierto, eso es otro invento también muy difundido el fin de semana. Yo no soy Zedillo. ¿Quién fue el que creó las Afores? ¿Cuándo se crearon? Con Zedillo, ¿no? No, nosotros no podemos comprometer en nada las pensiones de los trabajadores, lo acabo de decir hace como, bueno, relativamente hace poco, pero seis meses en una reunión del Infonavit que tuvimos aquí en el patio, que lo plantearon los dirigentes sindicales que había ese rumor y dije que no, y no hay absolutamente nada”.

López Obrador se arrepintió meses atrás de no haber sido más agresivo en el cambio al modelo de pensiones.

De ahí que ahora pretenda sustraer dinero de las Afores para crear un parche, que eso es lo que pretende: un esquema hechizo para prometer 100 por ciento de pensión a quienes ganen menos del promedio del salario del IMSS: 16 mil 700 pesos.

Lo peor es la forma en que han pretendido hacer esta nueva reforma:

-Trataron, como casi siempre, de pasar una bola rápida en el Congreso. Operan bajo la premisa de que si la oposición o actores involucrados no oponen resistencia, se irán hasta home. De lo contrario, se hacen los sorprendidos por la sorpresa.

-Surgida la polémica, y no sin aprovechar que quienes resisten al gobierno luego también exageran los alcances de una iniciativa poco o nada explicada, se ponen, antes que a negociar o quitar dudas legítimas, a sermonear sobre la aviesa oposición que todo resiste.

-Lo peor es que, en este como en otros casos, las explicaciones oficiales no pueden conjurar los temores porque ese dinero va a un fondo que ni será suficiente ni tiene reglas claras: a esos recursos se añadirán otros de dudosa existencia (utilidades de megaobras, confiscaciones, etcétera).

El miedo a un modelo estatizador ronda de nuevo. Porque cometió el pecado de tocar los fondos de los trabajadores, así diga que es en beneficio de éstos.

Y eso no es trivial, menos en el marco de la elección en la que Morena dice en su Proyecto de Nación 2024-30 que: “En el largo plazo, el sistema de pensiones individualizadas heredado del periodo neoliberal debe reemplazarse por un sistema público que garantice un retiro digno a los trabajadores y las trabajadoras. Además de ser una cuestión de justicia social, se trataría de un poderoso estímulo a la formalidad laboral”.

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