La Feria

Claudia, piedritas, y piedrotas, en el camino

Nadie se escandaliza con la santa muerte. Pero una puntada así, de un funcionario y de Morena, bendecida, en plena campaña, por la mañanera… ¿qué puede salir mal?

El cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum no asume que ya ganó la elección, y mucho menos esa candidata se tira a la hamaca. Pero una cosa es que hagan la chamba sin confiarse, y otra ponerle desde el gobierno piedras que se pueden convertir en muros.

La gracejada de la camiseta con una leyenda sobre hablar mal de López Obrador y su relación con la “verdadera” hombría, plasmada sobre una calavera, hubiera sido eso, una bufonada digna de las redes de no haber sido elevada por el oficialismo a nuevo pretexto para educar a los opositores (sic).

Aclaremos: nadie se escandaliza con la santa muerte, fenómeno nada nuevo y menos trivial; pero una puntada así, de un funcionario y de Morena, bendecida, en plena campaña, por la mañanera… ¿qué puede salir mal?

Este nuevo chistín de los morenistas, envalentonados porque Andrés Manuel López Obrador les dio cuerda, no cayó bien en sectores a los que hace no mucho esta ‘izquierda’ que usa la santa muerte pedía evitar la política y que lo de César al César, y ellos sólo a la religión.

Ojo: no soy yo quien pega la broma de la camiseta con la santa muerte, ese fue el primer mandatario; quien cuando no quiere opinar de un tema tiene un histriónico repertorio para salirse por la tangente, y en esta ocasión decidió hacer más grande el ruido al nombrar él el culto a la santa muerte, que para algunas personas resulta ofensivo.

La Iglesia católica reaccionó este miércoles con este mensaje dentro de la presentación de un documento para la paz: “No podemos ignorar la preocupante realidad que enfrenta nuestra sociedad con la implementación de una cultura de muerte y violencia a través de la narcocultura que se difunde en las redes sociales, imágenes violentas, cultos distorsionados como el de la santa muerte y amedrentamientos digitales”.

Y en el mismo sentido, entre pastores evangélicos de Michoacán circuló otro mensaje, uno que, entre otras cosas, expone: “Amados (…) la dirigencia de Morena hace una amenaza velada para evitar que se hable mal del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, lo que no sólo atenta contra la libertad de expresión, sino que sienta un precedente nunca visto antes. En realidad, no se trata de la persona sino de sus acciones de gobierno y políticas públicas que han sido desastrosas especialmente en seguridad, salud, educación, justicia, migración, agricultura, atención al gravísimo problema del agua, entre otros muchos temas desatendidos y no se diga en los temas de vida, familia y libertades”.

“Viene el proceso electoral más grande, complejo y violento de la historia. Han sido asesinados 30 candidatos y precandidatos en más de 50 actos de violencia en todo el país y este tipo de amenazas no ayuda en nada al clima de violencia que vivimos. Hacemos votos a Dios por la paz y sanidad espiritual de nuestro amado México”.

Quien piense que los evangélicos y los católicos van por pista diferente en sus reservas sobre la agenda progresista que afortunadamente los mexicanos han ido conquistando, está pensando mal.

Y he aquí otro tema que los podría conjuntar, así no sea evidente esa alianza.

Los sacerdotes y pastores de todo el país constituyen un sistema nervioso de dos vías: reciben mensajes, emiten mensajes. Y, para bien o para mal, tiran línea.

No vaya a ser que la camiseta de marras se vuelva una piedra en el camino de Sheinbaum con todo y los ene (ponga aquí la cantidad que guste) de puntos de ventaja que lleva en las encuestas. Seguro ella estará muy agradecida con la ocurrencia.

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