La Feria

El PAN, ¿corrimiento a la ultraderecha?

A saber en qué siglo viva Jorge Romero, porque es difícil entender que él crea que puede instalar en México un concepto de familia tradicional que fue votado en contra el 2 de junio.

Tras la derrota del 2 de junio el PAN, segunda fuerza política más votada, enfrenta un dilema en el que se juega su futuro: coquetear con el centro o radicalizarse hacia la derecha.

Hora de definición para Acción Nacional: ¿dónde tiene más posibilidad de apelar a la ciudadanía en las venideras elecciones?, ¿combatiendo o promoviendo derechos conquistados por y para mujeres, y por y para quienes deciden unirse con las y los de su mismo sexo?

Si hemos de hacer caso a quien forma parte de la élite que controla la burocracia blanquiazul, el futuro del partido de Carlos Castillo Peraza se encuentra en una ruta de franca regresión, saldrá del clóset su mal disimulado respeto a derechos y pasarán a la ofensiva derechosa.

Jorge Romero lo dijo con Ciro Gómez Leyva días atrás. Él, operador de Marko Cortés que buscará sustituir a éste en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional panista, adelantó que pretende que el PAN retome la lucha en contra de la interrupción del embarazo.

Las posibilidades de que Romero sustituya a Cortés son altas. El acuerdo que ambos tendrían al respecto es algo sabido de tiempo atrás. Es una especie de enroque. Un cambio que nada cambiaría, dentro de ese instituto político, salvo esa especie de ‘voxización’.

Aunque trató de aclarar que no criminalizarán a ninguna mujer por decidir sobre su cuerpo (ajá), Romero insistió en que, en lo que él trata de explicar como una vuelta a los orígenes, buscará llevar al PAN a ser la fuerza política que defienda a “la familia”.

No sabemos en qué siglo viva Romero porque es difícil entender que él crea que puede instalar en México, a punto de iniciar el segundo cuarto del siglo 21, un concepto de familia tradicional que fue ruidosamente votado en contra el domingo 2 de junio.

Porque en octubre tendremos en la presidencia de la República a la primera persona que habrá participado en una marcha por el orgullo homosexual, a una mujer que días atrás, cuando unos cavernarios intentaron romper una bandera de la igualdad en el Infonavit, no dudó en publicar un mensaje en el que su fotografía, junto a una bandera arcoíris, dice: “Respetaremos y haremos respetar la diversidad política, social, cultural, de género y sexual”.

En ese país amanecimos en junio de 2024, en uno donde la presidenta de la República Claudia Sheinbaum es más abierta y decidida que Andrés Manuel López Obrador en su respaldo a las agendas feministas y de igualdad.

Por cierto, Xóchitl Gálvez, que llegó al Senado bajo la siglas del PAN, y que fue lanzada a la Presidencia con la firma de ese partido, también va a esas marchas, por lo que tendría que romper con los blanquiazules si estos giran a la ultraderecha.

Pensándolo bien, la hidalguense generó dudas al respecto en la recta final de su campaña, cuando empezó a mencionar a Dios como si éste estuviera empadronado y quisiera ganar el voto divino. Ya tendrá oportunidad ella de decir hacia dónde se dirigirá luego de su derrota.

Volviendo al PAN. La carta que enviaron exgobernadores panistas a la dirigencia de Marko Cortés, donde leen el resultado del 2 de junio como una sentencia a su partido de ‘cambias o te vas’, también abona a la duda de si toca aggiornamento con una sociedad menos confesional o si regresarán a las cavernas yunquistas.

Las pulsiones de ultraderecha siempre han estado en el PAN. Empero ganó más a nivel nacional cuando entendió que lo del César al César... Romero quiere volver a su “Dios”.

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