En el Estado de México la nueva dirigencia nacional de Morena marca el tono de los reacomodos en el oficialismo. Higinio Martínez, uno de sus históricos del obradorismo, sería una de las primeras bajas de esos ajustes. Padecería un doble parricidio político.
El senador de Texcoco, otrora líder indiscutible de las fuerzas perredistas/morenistas, vivió un fin de semana complicado.
En un mitin del sábado en Toluca, presidido por Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, líder y secretario de Organización de Morena, respectivamente, a Martínez le silbaron. Si bien atajó las protestas, el desaire no le debió extrañar… mucho.
Higinio llegó a ese evento tras un cónclave donde Alcalde le hizo sentir que no las trae consigo. En la reunión cerrada también estuvieron López Beltrán, la gobernadora Delfina Gómez, su secretario general, Horacio Duarte, y la dirigente estatal morenista, Martha Guerrero.
Al tratarlo con desdén, Luisa María pareció dar línea para la emancipación de la maestra Delfina y de Duarte, que crecieron al amparo de Higinio.
El también senador habría cometido el error de no sólo no entender los nuevos aires, sino de ventilar su molestia al sentirse poco correspondido por su ‘sacrificio’ en 2022.
Martínez seguiría en la tónica de que no se le ha retribuido lo suficiente por ‘ceder’ hace dos años la candidatura a la gubernatura mexiquense a la maestra, quien repitió como abanderada en 2023.
Antes que más deferencias, en privado y en público Higinio recibió frialdad, señales de que en Edomex es hora de renovar liderazgos. Sería una de las primeras manifestaciones del jaloneo que se avecina en el principal partido, si no es que el único, de México.
La visita de Alcalde y López Beltrán a Edomex ocurrió a menos de una semana de que ambos dirigentes lanzaran a su organización a la conquista de 10 millones de afiliaciones.
Ese esfuerzo de empadronamiento se hará en coordinación con diputados y senadores morenistas y “de abajo hacia arriba”, como explicó Alcalde el martes de la semana pasada.
Por tanto, es más notable que Higinio, senador, antes que recibir un encargo protagónico fue prácticamente hecho a un lado en la reunión del sábado en el Edomex, la entidad con el padrón electoral más grande del país: 13 millones de votantes.
La semana pasada, al explicar las motivaciones para intentar empadronar a 10 millones de militantes, López Beltrán destacó que, si bien Morena ha respondido como “máquina de ganar elecciones”, ha habido también desorden.
Ahora pretenden, según el secretario de Organización morenista, consolidarse como “el partido más grande que haya visto en el país” y, simultáneamente, “democratizar” al movimiento.
Eso de ‘democratizar’ podría traducirse en el recambio de liderazgos que antes funcionaron y que de cara a la siguiente etapa podrían pasar a un plano posterior. Higinio sería la primera de esas figuras. En términos literarios, la maestra y Duarte trascenderían así a su ‘padre’.
El empadronamiento de los 10 millones podría significar igualmente un nuevo mapa en los liderazgos nacionales.
Si el Edomex termina aportando alrededor de unos 2 millones de los militantes esperados (menos de los más de 3 millones que votaron por Delfina en 2023), ¿cuánto de la nueva Morena dependerá de los caciques, perdón, líderes mexiquenses?
Hablar de militancias en Edomex supone también tensiones con otros aliados del oficialismo en esa entidad. El verde y expriistas como Eruviel Ávila, por ejemplo, ¿asumirán que Duarte y Delfina son sus jefes directos?
De ser así, Higinio sería sólo el primero de los caídos de la nueva era. Y esto es sólo el caso del Edomex.