El gobierno alista su estrategia ante la repatriación de connacionales que Donald Trump podría llevar a cabo a partir de enero. El plan inicial contempla la instalación de albergues y la organización de camiones para, en cálculos preliminares, un cuarto de millón de personas.
De manera interinstitucional, desde la Secretaría de Gobernación se coordinan los esfuerzos para preparar en la frontera norte los centros de acogida de las y los mexicanos que sean repatriados, así como la logística para su traslado a sus entidades de origen.
El primer escenario gubernamental de la repatriación –luego de que en su campaña el ganador de las elecciones en Estados Unidos prometiera una histórica remoción de personas sin permiso de estadía– contempla un aumento de 50 por ciento en las expulsiones.
Según cálculos gubernamentales, en 2024 van poco más de 173 mil personas mexicanas devueltas desde EEUU. A partir de esa cifra, el gobierno cree que la cantidad de devoluciones puede escalar a las 254 mil.
Este último número correspondería por un lado al universo de mexicanas y mexicanos con orden final de salida de Estados Unidos, y por otro a quienes son rechazados en la frontera norte.
A lo largo de la línea fronteriza mexicoestadounidense hay 44 puntos formales de internación, 23 de ellos puentes peatonales. De manera ordinaria, la repatriación se realiza sólo por once. No está claro si eso se mantendrá así. De lo contrario, habría un escenario problemático.
El primer grupo de personas que podrían ser expulsadas de Estados Unidos asciende a 99 mil mexicanos con “orden final de remoción” y/o antecedentes o sentencias criminales.
Según el gobierno, la diáspora mexicana en Estados Unidos tiene sus principales asentamientos en Illinois, Nueva York, Nueva Jersey, Florida, Texas y, por supuesto, California.
En sentido contrario, las entidades mexicanas con más repatriados son, en ese orden, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Veracruz, Guanajuato, Estado de México, Sinaloa y Jalisco. Como es evidente, los tres primeros son, por otro lado, los más lejanos a la frontera.
El gabinete de Claudia Sheinbaum prepara una logística con 177 autobuses diarios para internar en las distintas regiones de la República a los migrantes expulsados. Esas corridas permitirían trasladar cada día hasta 7 mil paisanos.
De igual forma, se trabaja en el diseño de los albergues que se instalarán en zonas urbanas fronterizas con los servicios necesarios: luz, agua, internet, drenaje y, desde luego, acceso a adecuadas vías de comunicación.
Un proyecto preliminar de esta logística aún no discernía si se requerirán menos o más albergues. En otras palabras, si se han de montar 50 con capacidad de hasta 5 mil personas, o 250 con capacidad de mil personas cada uno.
Mañana miércoles 18 se conmemora el Día del Migrante. Es probable que en la mañanera se adelanten más detalles sobre el plan que el gobierno mexicano prepara ante la inminencia de las medidas que a partir del 20 de enero tomará la entrante administración Trump.
Los datos aquí vertidos son apenas un esbozo de la logística para recibir a personas que están de manera indocumentada en suelo estadounidense, pero no hay todavía claridad de otros programas o políticas públicas para apoyar a las comunidades a las que vuelven.
Desde luego, las entidades fronterizas podrían acusar de inmediato un nuevo estrés si un número importante de repatriados decide quedarse ahí fuera de los albergues o, incluso, mientras reintentan un nuevo cruce a Estados Unidos.