Este lunes, los dirigentes nacionales del PAN y del PRI exigieron al gobierno reducir el precio de la gasolina. Sendas declaraciones que exhiben su pobreza argumentativa, botón de muestra de algo que es un problema mayúsculo: Morena no tiene quién le confronte.
Amanece 2025 y Claudia Sheinbaum llega a los 100 días en el gobierno con la noticia de que algo está haciendo bien para que las encuestas le acrediten una alta aprobación. En la de EL FINANCIERO, 78 por ciento, nueve puntos más que en la medición anterior, le aprueban.
EL FINANCIERO publicó el 6 de enero que para 36 por ciento de la gente el gobierno de la Presidenta es mejor de lo que pensó, mientras que 42 por ciento ve, para bien, justo lo que esperaba. En contraste, hay 16 por ciento de respuestas de que estamos peor de lo previsto.
En los datos de la encuesta de EL FINANCIERO el mayor crecimiento en aprobación para la Presidenta es en su manejo de la Economía: pasó de 56 a 66 el porcentaje que califica de “muy bien/bien” ese rubro.
La encuesta fue levantada antes del 1 de enero, por lo que no registra el supuesto “gasolinazo” que opositores dicen que se vive a partir del 1 de enero, cuando el precio promedio de las gasolinas habría subido 20 centavos.
Podemos meternos en una discusión bizantina sobre si hay o no gasolinazo. Pero en términos de opinión pública, un gasolinazo que no se parece a la crisis de diciembre de 2016, cuando aumentos de 14% (Magna) y 20% (Premium) incendiaron el país, son ganas de jeringar.
El PRI de 2016 instrumentó esos aumentos porque, se explicó entonces, era urgente ajustar las finanzas públicas, y tardarse dolería aún más a la población. Si se operó mal políticamente es otro tema, pero la justificación técnica tenía los tintes del prianismo clásico.
Ocho años después, el PAN quiere que bajen las gasolinas, que cuesten menos de 20 pesos.
Jorge Romero, líder panista, dijo: “Empezamos una campaña a lo largo de todos los próximos años (sic) para exigir a Morena y a la ‘4T’ que cumpla su palabra, o que reconozca qué fácil es criticar, pues si criticar es regalado”.
El dirigente nacional blanquiazul propone que Morena use sus mayorías para que se disminuya drásticamente el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) y así todos paguemos gasolinas a precios más parecidos al costo en mercados internacionales.
En el gasolinazo de 2016 los prianistas se quejaban amargamente de que YSQ, el entonces eterno candidato opositor de la izquierda, explotaba desde el populismo un aumento que el gobierno veía como un mal necesario.
Hoy el PAN dice a México que, olvidando la que una vez fue su esencia, ya no quiere ser responsable, que prefiere que Sheinbaum, cuyo gobierno enfrenta problemas de dinero, tenga aún menos recursos para operar.
Romero demuestra que las vacaciones no le sirvieron para pensar (es un decir) qué hacer como opositor. Mientras Sheinbaum es aprobada en Economía, y mejora aprobación incluso en la seguridad, el PAN cree que puede incendiar al país con un gasolinazo discursivo.
Pon tú que sí, que a todos nos enerva que suban los combustibles. ¿Es esa la mejor oferta en economía que tiene hoy el PAN? Encapricharse con que Morena prometió que los combustibles bajarían y no ha sido así.
O son muy listos… o están viendo y no ven: el IEPS, impuesto que los prianistas crearon, ayuda al gobierno (ayer a ellos, hoy a Morena). Pero si ahora resulta que el plan de PRI y PAN en 2025 es ponerse a competir en populismo con los populistas, vaya oposición ésta.