La Feria

Tarjetas Broxel responde: somos ajenos a elecciones

Salvador Camarena da derecho de réplica a la empresa Broxel tras su columna '¿Tarjetas Broxel en la elección capitalina?', sin embargo, mantiene su postura respecto al gobierno de MAM.

Luego de que ayer aquí se mencionara a Broxel, en torno a una decisión del gobierno capitalino de comprarle a esa empresa 105 mil tarjetas para repartirlas entre burócratas de la Ciudad de México, Broxel hizo llegar una carta que a continuación, y en cumplimiento del derecho de réplica, transcribo íntegra:

"En relación con tu columna titulada '¿Tarjetas Broxel en la elección capitalina?', nos permitimos hacer la siguiente aclaración:

"Negamos categóricamente que Broxel participe en elección y/o campaña política alguna. Desde nuestra fundación, la empresa cuenta con la estricta política de mantenerse ajena a cualquier proceso electoral. No lo haremos ahora, ni nunca.

"Por regulación y convicción, contamos con un protocolo técnico y de control que evita que ninguno de nuestros productos sea utilizado para un fin distinto al original. Hasta este momento, ninguna de las tarjetas Broxel Metro, entregadas a los empleados del Gobierno de la Ciudad de México, ha tenido algún destino diferente que el uso de los 280 pesos y el acceso a la red de transporte de la CDMX.

"La innovación y funcionalidad de dicha tarjeta nos ha permitido ser un referente mundial. Muestra de ello es la invitación que recibió Broxel a participar en el foro de mayor prestigio en esta materia, la convención de Calypso Network Association llevada a cabo en Milán y Budapest, con la finalidad de dar a conocer este caso de éxito.

"En Broxel respetamos la ley, instituciones y entidades financieras encargadas de proteger el patrimonio, identidad e integridad de nuestros millones de usuarios. Somos una empresa 100% mexicana que nace en 2011 con el objetivo de poner al alcance de todos nuestros clientes, públicos y privados, una plataforma que les permite vivir la experiencia de transaccionalidad en la palma de su mano.

"Sin más por el momento, agradecemos la publicación de esta aclaración en beneficio de tus lectores. Broxel".

Además, directivos de Broxel me invitaron a sus oficinas de Santa Fe. Acudí a las mismas y me aseguraron que, en tiempo real, pueden monitorear los depósitos para detectar un patrón anómalo o atípico de los depósitos o transferencias en los diversos tipos de tarjetas que manejan.

Ante otros cuestionamientos sobre los contratos suscritos por Broxel con el exGDF –el del Metro mismo-, los directivos de esa empresa declinaron hacer más comentarios pues, explicaron, firmaron una cláusula de confidencialidad que les impide dar detalles de los mismos.

Con lo anterior arribamos al punto tratado aquí ayer, columna en la que se contó cómo el gobierno (es un decir) de Miguel Ángel Mancera contrató a Broxel para dar 105 mil tarjetas personalizadas, cargadas cada una con 280 pesos de bono navideño, a burócratas de la ciudad en diciembre pasado.

Qué bueno que Broxel se abra a explicar las maneras en que funcionan sus novedosos mecanismos de pago. Las empresas también están llamadas a la transparencia y la rendición de cuentas. La ciudadanía se beneficiará de esa actitud de apertura. Comento además otro dato: luego de una columna anterior, donde reporté casos de usuarios que denunciaban diversos problemas con sus tarjetas Metro Broxel, supe que la empresa se puso en contacto con los mencionados –que se habían expresado en redes sociales— y corrigieron las anomalías referidas.

Dicho lo anterior, el punto de la columna de ayer se sostiene. Ojalá los candados de Broxel sean los mejores, porque el tema tratado ayer aquí no fue sobre la empresa, sino sobre lo poco tranquilizador que resulta saber que en tiempos electorales este gobierno capitalino tiene un listado de 105 mil monederos electrónicos de burócratas.

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