Una cuestión vital que se considera ahora, más que nunca antes en las escuelas de medicina en el mundo, es si una institución tiene una currícula actualizada de humanidades, ya que el énfasis que se trata de aplicar ahora en Estados Unidos, en su gran mayoría dentro del plan de estudios de medicina es, “cómo enseñar y cómo trasmitir a los estudiantes de medicina y que a su vez les guste aplicarlo en sus trabajos como médicos, a ser profesionales de la medicina, compasivos y soporte humano digno, de las crecientes necesidades de salud de sus enfermos”.
Este aspecto me lo amplió mi médico al comentarme: “Porqué a algunos o a muchos médicos en el país no les gusta su trabajo. No lo disfrutan.”
Deseo comentar que la reconocida Facultad de Medicina de la Universidad de Penn State en Estados Unidos fue la primera escuela de medicina en aplicar a sus estudiantes un currículum oficial de humanidades, ya que una parte vital de su educación es “aprender cómo ser comprensivo y cómo apoyar la triste situación de ser un paciente”.
En un estudio que se realizó en las instituciones públicas de la medicina en México se detectó, con grave preocupación, que a muchos ‘doctores’ no les gusta su trabajo. Aborrecen lo que hacen. ¡Aborrecen estar frente a enfermos, principalmente muy humildes y sin recursos!
Una de las evidencias que obtuve en mi investigación y que se me quedó muy grabada es ¿por qué las primeras palabras que le dirigen muchos médicos del IMSS a sus pacientes, son: ¿Qué le duele? Muy lejos de una bienvenida humana y cálida, usando el apellido del paciente, hablándole siempre de ‘usted’.
Una pretendida explicación que he comentado con médicos a quienes les gusta lo que hacen y que realmente se preocupan por sus pacientes, en contra del creciente número de médicos del IMSS y del ISSSTE que no les gusta su trabajo. No lo disfrutan. Por ello sus consultas de 10 minutos, llenando recetas para la larga lista de pacientes que por obligación ‘tienen de atender’ por turno. Todo se reduce a llenar recetas y… el siguiente.
Capté que a un gran número de médicos oficiales: IMSS, ISSSTE, Salubridad, etcétera, no les gusta su trabajo y además se sienten muy mal pagados. ¡Son miserablemente inaguantables!
Por ello las consultas con los pacientes humildes no pasan de diez minutos, sin tocarlos ni auscultarlos por temor a infectarse. “¡Además, huelen mal!”. Mi investigación me indicó que la gran mayoría de los mexicanos, los pobres, no reciben, nunca en México, una atención profesional y más humana…
“Son pobres, sucios y huelen mal…”. La gran mayoría han padecido por generaciones una inmensa pobreza y carecen de recursos básicos para buscar y obtener una mejor atención médica,
Para ellos creó Lázaro Cárdenas, sin mucho éxito, la carrera de medicina en el Instituto Politécnico Nacional, exclusivamente para atender a los pobres de provincia, no a los de la Ciudad de México.
¡Un fracaso! La mayoría se quedaban en la capital.