A la memoria de Juan Pablo Adame. A donde quiera que vayas y donde quiera que te encuentres, que seas libre y feliz.
Sergio Negrete Cárdenas
México ascendió posiciones entre las mayores economías del mundo y ocupó la número 12 en 2023, de acuerdo con información del Fondo Monetario Internacional. Una noticia que fue celebrada por partidarios del actual gobierno y presentada como un logro extraordinario. Una estadística cierta y que muestra la forma en que se puede presentar una realidad distorsionada.
Porque ese comparativo del FMI se hace en dólares, y en su forma más simple depende del tipo de cambio. La apreciación del peso frente al dólar fue prácticamente la única razón del festejado ascenso y que permitió dejar atrás, en este año por terminar, a Corea del Sur, Australia, España e Indonesia, economías con un PIB similar al mexicano. Un movimiento cambiario adverso para el país, o favorable para esas naciones, manda a México al lugar 16.
O lo asciende más, claro. Con Ernesto Zedillo, México llegó con ese parámetro a la novena posición, y con Vicente Fox a la octava. ¿Las mejores alcanzadas en la historia? No, ocurre que el peso que López Portillo sostuvo a costa de un endeudamiento astronómico y una fuga de capitales igualmente pavorosa permitió al país llegar al séptimo lugar mundial en 1981, superando a Canadá, China y España.
Esa clase de concurso puede convenir a economías grandes como México, pero lo importante no es el PIB, sino el PIB por habitante en dólares. La verdadera dimensión del país queda ahí muy clara, puesto que entre 190 naciones comparables, se ocupa el lugar 67, a años luz de aquellos que están en los primeros lugares, como Luxemburgo, Suiza, Irlanda, Noruega y Singapur (Estados Unidos ocupa la séptima posición en lugar de la primera).
Por otra parte, un dólar no compra lo mismo en Suiza que en Burundi… o en México. Si se ven los números con dólares con poder de compra comparable, la posición del país desciende todavía más, llegando a la 74. Este es el número más realista de México como potencia económica a nivel mundial en la actualidad, sin relación alguna con ese lugar 12 tan festinado en días recientes. Por supuesto, para realmente tener importancia global se deben combinar tamaño geográfico, al menos regional, y económico. Por eso no destaca un Singapur o un Luxemburgo, pero sí lo hacen Estados Unidos, China e incluso Japón y Alemania.
Pero si se trata de comparar el desempeño de un gobierno en relación con otros, entonces lo que corresponde es comparar la tasa de crecimiento acumulado en el periodo. También de acuerdo con las cifras del FMI, si se contrasta el PIB por habitante de México en pesos, ya eliminado el efecto inflacionario, no se tiene un crecimiento, sino una contracción acumulada, de -1.3 por ciento.
Puede aducirse que esto se explica por la pandemia, y sería correcto. El PIB de México se contrajo 8.0 por ciento en 2020, y esa cifra impacta negativamente en el promedio del obradorismo. Pero todo el planeta atravesó por el mismo problema. Si el PIB del país se contrajo más que otros, la razón fue el rechazo presidencial a utilizar el gasto público para rescatar empleos y apoyar los ingresos de las familias. Ahí sí es posible diferenciar entre gobiernos, y México gastó en apoyos fiscales por el COVID-19 un poco más que Bangladesh y menos que Zambia.
Comparando el PIB de 2023 contra 2018, con ese -1.3 por ciento se tiene la posición 138 de 190. Ésa es la posición que corresponde a López Obrador.