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¿Quién teme a Xóchitl Gálvez?

A pesar de las dudas sobre las posibilidades de que Xóchitl Gálvez gane la Presidencia, en Oaxaca conectó con las personas, mostrando a esa política que cautivó en algún momento.

“¿Dónde está la Xóchitl Gálvez que cautivó a México, que se catapultó con fuerza de ser aspirante a gobernar la CDMX, a quien todo el mundo quería como candidata a la presidencia? Era una persona de una frescura extraordinaria, respuestas contundentes y provocadoras que descolocaban a un viejo zorro como AMLO.

“Su ingenio estaba al parejo de su rudeza. ¿Ahora quién la asesora? Esa mujer que fue a tocar la puerta de Palacio Nacional desatando la furia del tabasqueño ya no está, y al parecer de la misma manera va a perder la elección presidencial.

“Sí, faltan seis meses, pero como si la votación fuera mañana. Claro que votaré por ella pero conozco amigos que ya están viendo a Sheinbaum con otros ojos, o en todo caso esperando al contingente fosfo-fosfo para ver si los sorprende. Yo la apoyo y lo seguiré haciendo, que no se dude al respecto, pero perdí ese enorme entusiasmo que tanto me despertaba”

Un día sí y otro también sobran escritos con ese tono y sustancia, en donde abundan el tono reprobatorio y, al mismo tiempo, la desesperanza. Citan las encuestas que dicen que la hidalguense va 30 puntos atrás de la calca del demagogo y, es de rigor, pontifican que es imperativo que despierte a lo que sucede y cambie, pero ya, su equipo de trabajo y sus asesores de campaña para que regrese quien antes había irrumpido con tanta fuerza en el escenario político nacional.

Decía François Truffaut que todo el mundo tenía dos profesiones: en la que trabajaban y, además, críticos de cine. Hoy en México abundan los que tienen su trabajo y son, además, jefes de campaña de Xóchitl Gálvez. Igual los más sesudos columnistas políticos que los intelectuales de café que cualquier aficionado de la política.

La Xóchitl Gálvez que yo vi ayer en Oaxaca no podía ser más diferente. Conectó con su auditorio, un evento con mesas temáticas sobre cuestiones indígenas, y mostró que conoce y ama al estado a fondo. Sin notas o apuntes, habló de los pueblos a los que no se podía llegar más que en burro porque ni caminos había. Era, al mismo tiempo, una persona que había crecido en pobreza y que se había superado por medio del estudio y el trabajo, la experta que se había encargado de los temas indígenas en el gobierno de Vicente Fox y la legisladora que había seguido enfocada en ese tema.

Lo que no se cansó de mostrar fueron ideas y propuestas, lo que mantendría de llegar a la presidencia (las pensiones y otros programas sociales) y lo que restauraría (el Seguro Popular). Lo que me tocó ver fue a esa Xóchitl que tantos dicen extrañar: carismática y certera, dirigiéndose con absoluta confianza a su auditorio. Y, también, arropada por los líderes de los partidos políticos que, en la narrativa catastrofista, supuestamente la han abandonado.

Sentado a su derecha, Alito Moreno del PRI, y a su izquierda Marko Cortés del PAN (que quizá debieron invertir sus lugares). Además, el coordinador Enrique de la Madrid.

Sí hay que tener mucho miedo en este campaña electoral por iniciar. Miedo sobre los grupos criminales que pueden desatar una brutal violencia buscando inclinar la balanza, como de hecho lo hicieron en 2021. Miedo, terror, que el demagogo autoritario rechace reconocer el resultado de la elección. No sería nada nuevo porque nunca ha aceptado una derrota electoral. Miedo a un INE que puede ser secuestrado por el gobierno y a la posibilidad de un fraude en las urnas.

Muchos miedos hay que enfrentar. A quien no se debe temer es a Xóchitl Gálvez.

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