Econokafka

No son iguales, fueron peores

Ahí donde hay presupuesto y discrecionalidad para usarlo, ahí estará un pariente, amigo o colaborador cercano, o lejano, del Licenciado.

Los tres hijos, tan fichas como el padre, solo sin su discreción. El junior mayor goza de disfrutar casas, en Houston o Ciudad de México, que le rentan aquellos beneficiados por los dineros gubernamentales. El hermano siguiente resultó excelente intermediario de contratos y empleos, con sus amigos actuando de socios o testaferros, aparte de colocar a otras amistades por doquier en altos cargos públicos. El tercer vástago resultó igualmente habilidoso para intermediar contratos. Que no se metan con sus hijos, ha pedido el autoritario en más de una homilía mañanera. Nadie lo haría si estos no se metieran a saquear con impunidad el presupuesto.

Para ello nada como las obras emblemáticas de papi, que ahí abunda el dinero. No lo hay para medicamentos oncológicos, pero nunca faltó para los elefantes blancos. Dos Bocas costará al menos el triple de lo originalmente planeado y el Tren Maya, el cuádruple; a saber cuánto de ese dinero acabó en las cuentas de los cuates. Eso sin contar que la refinería sigue sin producir una gota de gasolina y el tren se descompone y descarrila.

Pero los juniors no han hecho más que seguir los pasos familiares. El inquilino de Palacio ha sido extraordinariamente habilidoso en que sus manos nunca estén en la masa monetaria, sino las de aquellos de su absoluta confianza, con la parentela en primer lugar, seguidos por subordinados leales a toda prueba. Ahí están los hermanos con los sobres reventando de efectivo, como estuvo el otro recaudador que arreó hasta con las ligas. No por nada el Presidente nunca aprendió a llenar un cheque o necesitó una tarjeta de crédito. Es, como lo denominó en forma magistral la escritora Elena Chávez, el rey del cash.

Cuando el jefe roba, los empleados se sienten con la misma licencia, y en este sexenio se han servido con la cuchara grande. A la otrora secretaria de Energía, y responsable de Dos Bocas, le están encontrando más propiedades que el aloe vera. En la competencia de acumular casas también le entró en su tiempo quien fue la titular de la Función Pública, a quien su patrón presentaba como la zarina anticorrupción (el cinismo es sello de la casa). Pero en eso de las casas, terrenos y negocios quizá nadie le gane al titular de la Comisión Federal de Electricidad. Por otra parte, lleva ventaja de años y cargos; ya era funcionario importante en el sexenio de Luis Echeverría. No ha soltado el hueso y ha mostrado que siempre se puede roer más, aparte de que su hijo también ha demostrado tener buen diente.

El Licenciado no solo es corrupto, sino agradecido. Ahí está el saqueo a otra de sus creaciones, Segalmex. Puso de jefe a quien fue su patrón en sus juventudes, y este mostró que la edad nunca es un obstáculo para tener las uñas largas. No hubo más remedio que quitarlo para darle una chamba más discreta. El Presidente lo defendió diciendo que el pobre había sido engañado por priistas corruptos. Así con la encargada del deporte, quien resultó excelente para sacar el cobre desviando el oro y la plata. Ahí sigue, tan campante, mientras continúa negando recursos a los deportistas para poder competir internacionalmente.

Ahí donde hay presupuesto y discrecionalidad para usarlo, la posibilidad de jugosos contratos por asignación directa a una empresa recién creada con dirección en un terreno baldío, ahí estará un pariente, amigo o colaborador cercano, o lejano, del Licenciado. Como bien dice este, no son iguales. Resultaron infinitamente peores.

COLUMNAS ANTERIORES

Autoritaria se escribe con ‘a’
La costosa soberbia presidencial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.