El cuscús, un plato tradicional con profundas raíces en el norte de África, ha sido un elemento fundamental en la dieta de diversas culturas a lo largo de la historia. Originario de países como Marruecos, Argelia y Túnez, este versátil manjar ha trascendido fronteras y eras para convertirse en un alimento amado en todo el mundo. Una de las múltiples teorías sobre su nombre es que proviene de la palabra bereber “seksu”, que fue adaptada en francés como “couscous”.
El proceso de elaboración, en su versión más simple y tradicional implica mezclar granos de sémola de trigo duro molidos, con agua y formar pequeñas bolitas al rodar la mezcla entre las manos. Posteriormente, se coloca en una cuscusera o cuscusiera especial y se cocina al vapor, aprovechando el calor de un caldo o agua hirviendo en la parte inferior de la olla. Se cubre con una tapa y se cocina durante aproximadamente 30 minutos hasta obtener granos sueltos y esponjosos.
Entonces, surge la interrogante: si la pasta se define como granos molidos (harina de trigo) mezclados con agua y cocidos, el cuscús podría considerarse pasta, pero no implica amasarla. Por otro lado, es una mezcla de granos molidos e hidratados, pero tampoco encaja completamente en la categoría de grano. Dicho lo anterior, tal vez sea más apropiado clasificarlo en una categoría única, pues no se ajusta claramente ni a una ni a la otra. En los supermercados, a menudo se encuentra en la sección de granos o en la de pasta, lo que subraya la ambigüedad de su naturaleza.
El cuscús se sirve tradicionalmente con una gran gama de acompañamientos que pueden incluir verduras, cordero, pollo, pescado, frutos secos, hierbas frescas y una mezcla de especias. Su versatilidad lo convierte en una base culinaria ideal para una amplia variedad de sabores y preparaciones. Además, también se consume frío en ensaladas, a las que se añaden ingredientes frescos como tomates, pepinos, pimientos y hierbas, aliñándolos con aceite de oliva y jugo de limón.
La historia de este platillo es fascinante y ha unido a personas a lo largo de los siglos. Sus raíces se remontan a la época bereber, un antiguo grupo étnico en la región del Magreb. La receta se transmitió de generación en generación, convirtiéndose en un alimento básico y extendiéndose por todo el norte de África, incluyendo a árabes y judíos.
Durante la Edad Media, el cuscús se propagó por las rutas comerciales hacia Europa, a donde los comerciantes y conquistadores lo llevaron consigo. Se hizo popular en regiones del sur de Europa, como España durante la expansión de Al-Andalus, e Italia.
En los últimos años, el cuscús ha experimentado un resurgimiento en popularidad debido a su versatilidad y su estatus como alimento saludable. Es una excelente fuente de carbohidratos y fibra, atrayendo a aquellos que buscan opciones culinarias saludables y creativas.
Este plato es apreciado en todo el mundo, con una diversidad culinaria tan amplia como la de las familias y regiones que lo preparan. Su composición varía infinitamente según el entorno geográfico, reflejando la riqueza y matices de cada lugar en su receta.
En reconocimiento de su importancia cultural, Los conocimientos, las técnicas y las prácticas relacionados con la producción y el consumo del cuscús fueron inscritos en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en 2020, gracias a una solicitud conjunta de Argelia, Mauritania, Marruecos y Túnez.