La bebida que llamamos gin and tonic tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando los soldados británicos en la India consumían quinina para combatir la malaria, y como era muy amarga, la mezclaban con agua, azúcar, limón y gin, de esta manera mejoraban su sabor. Con el tiempo, se popularizó en Inglaterra y se convirtió en un cóctel icónico en todo el mundo.
El agua tónica y la quinina están relacionadas, pero no son lo mismo. La quinina es un compuesto químico amargo que se encuentra en la corteza del árbol de la quina, que tiene sus orígenes en Sudamérica. Se utilizaba históricamente para tratar la malaria. Por otro lado, la tónica es una bebida carbonatada que contiene quinina como uno de sus ingredientes principales, que le da su característico sabor amargo, y suele tener otros ingredientes como agua carbonatada, azúcar y aromatizantes para equilibrar el sabor. Esta sustancia natural, la quinina, que presenta diversas bondades para la salud, parece haber sido descubierta por los indígenas de Perú, aunque son muchas las teorías que rodean su hallazgo.
Durante milenios, los mosquitos han tenido un impacto sin igual en el curso de la historia humana, moldeando el panorama del mundo moderno de maneras inesperadas. Son vectores de enfermedades graves como la malaria, el dengue, el zika y la fiebre amarilla, que han afectado a poblaciones enteras a lo largo de la historia, causando epidemias, disminuyendo la productividad e incluso llevando a la muerte masiva de personas. La lucha contra enfermedades como es el caso de la malaria, ha impulsado la investigación médica y científica, llevando al desarrollo de tratamientos, vacunas y técnicas de control.
Según cuenta la historia, la primera persona de origen europeo en recuperarse de la malaria fue la condesa de Chinchón, quien era esposa del cuarto conde de Chinchón, D. Luis Jerónimo, virrey español en Perú. En medio de episodios febriles cada vez más intensos, que no cedían ante los tratamientos habituales como las sangrías, el médico de la corte decidió administrarle en 1638 una solución derivada de la corteza de un árbol que crecía en las montañas orientales de los Andes. Esta intervención resultó ser extraordinariamente efectiva. El compilador Antonio Suardo relata en su Diario de Lima, que cuando la condesa enfermó, los médicos no pudieron dar con algún remedio. Pero cuando los indígenas le ofrecieron un brebaje a base de quina, ella se curó.
Es entonces que se iniciaron las investigaciones sobre el árbol de la quina, y la corona española encargó a varios botánicos para su estudio. Más adelante, el científico sueco Carlos Linneo bautizó al árbol con el nombre de Cinchona calisaya, como un tributo a la condesa de Chinchón.
El gin tiene sus raíces en un licor holandés llamado ‘genever’, elaborado originalmente por destiladores para usos medicinales, quienes utilizaban bayas de enebro que se combinaban con alcohol para crear un elixir que se creía tenía propiedades curativas, especialmente para problemas renales y estomacales. Cuando los soldados británicos lucharon en la Guerra de los Ochenta Años en el siglo XVII en los Países Bajos descubrieron esta bebida, la adoptaron y la llevaron de vuelta a casa.
El cóctel gin and tonic tuvo su origen en el siglo XIX, cuando la Corona inglesa colonizó India y estableció un régimen conocido como Raj Británico. Le añadieron los saborizantes a la quinina para hacerla más agradable al paladar, y de esta manera, supuestamente prevenir la enfermedad de la malaria.
Con el tiempo, la mezcla evolucionó y ha experimentado cambios en sus ingredientes y presentación, pero su base sigue siendo la misma, la quinina.