Sonya Santos

El banquete de los Premios Nobel

El primer plato fue betabel amarillo con algas de la costa oeste de Suecia, semillas de eneldo y caviar de esturión de Strömsnäsbruk.

El pasado 10 de diciembre, como cada año en la misma fecha, se llevó a cabo la cena para celebrar la entrega de los Premios Nobel, un galardón internacional administrado por la Fundación Nobel, con sede en Estocolmo, Suecia, basado en la fortuna de Alfred Nobel, inventor y emprendedor sueco, los cuales, en sus diferentes categorías, se entregan desde 1901.

Este 2023 fueron elegidos para recibir el Nobel de Medicina los bioquímicos Katalin Karikó (Hungría) y el Drew Weissman (Estados Unidos) por el desarrollo de la tecnología que abrió el camino para las vacunas contra el covid-19 de Pfizer/BioNTech y Moderna. El de Física fue para el francés Pierre Agostini, el austriaco-húngaro Ferenc Krausz y la franco-sueca Anne L’Huillier, quienes crearon herramientas para estudiar el desplazamiento ultrarrápido de los electrones dentro de átomos y moléculas. Los científicos Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov obtuvieron el Nobel de Química por investigaciones sobre las nanopartículas, y el de Literatura para el dramaturgo noruego Jon Fosse.

El premio Nobel de la Paz se le otorgó a la encarcelada activista iraní, Narges Mohammadi, debido a su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán, quienes desafían al poder quitándose el velo en los espacios públicos, lo recibe en el ámbito del intenso movimiento de protesta en la República Islámica tras la muerte, bajo custodia policial, hace un año, de Mahsa Amini.

La estadounidense Claudia Goldin fue galardonada con el Premio Nobel de Economía, gracias a sus estudios que han contribuido a comprender la evolución del rol de las mujeres en el mercado laboral.

El banquete que se celebra tras la entrega de los galardones, a lo largo del tiempo, el número de asistentes ha experimentado un notable incremento. En 1901 fueron 113 hombres, pero en la actualidad, la lista suma alrededor de 1,350 personas, incluyendo miembros destacados de la academia, funcionarios de gobierno, representantes de los ámbitos cultural e industrial, personal diplomático y la familia real de Suecia. Las sedes han ido cambiando; durante casi tres décadas fue en el Grand Hôtel de Estocolmo. Después de varios lugares, desde 1974 se ha llevado a cabo en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo.

Cada Banquete Nobel adopta un tema único que también se manifiesta en la decoración. Las flores, como los lirios, orquídeas, gladiolos y rosas, juegan un papel importante, las cuales provienen de San Remo, en la Riviera italiana, donde Alfred Nobel pasó sus últimos años. Como un gesto a su memoria, la Azienda di Promozione Turistica di San Remo dona estas flores, y son más de 23,000 las que se utilizan anualmente para ornamentar las festividades del premio.

Pero sin duda, y según los que han asistido, el menú es la estrella de esa noche. Anualmente, en septiembre, chefs de renombre internacional proponen tres menús a la Fundación Nobel para su evaluación y degustación. El elegido se guarda en secreto hasta la celebración de la cena.

Los platillos, que siempre tienen el toque escandinavo, del pasado 10 de septiembre de 2023, están inspirados en el mar y la naturaleza de Suecia y Noruega. El primer plato fue betabel amarillo con algas de la costa oeste de Suecia, semillas de eneldo y caviar de esturión de Strömsnäsbruk. Después, un lomo de bacalao relleno de cangrejo, un rollito de colinabo y una bolita de papa rellena de bacalao, cangrejo y cebollas encurtidas con champiñones. Se acompañó con verduras de invierno y de verano encurtidas, en una salsa de mejillón azul (procedentes de aguas polares del Atlántico Norte) a la plancha.

El postre fue crema de chocolate al horno con compota de arándanos rojos de Mockträsk, en las afueras de Boden, una localidad a unos 900 km al norte de Estocolmo, aromatizada con almíbar de brea de pino. Sablé de chocolate y toffee de arándanos rojos con merengues y un parfait de crème fraiche.

El banquete estuvo a cargo del Stadshusrestauranger, restaurantes responsables de todas las actividades gastronómicas del Ayuntamiento, en colaboración con el chef Jacob Holmström y la pastelera Annie Hesselstad.

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