Sonya Santos

Los chocolates de las monjas rebeldes de Belorado

Ellas creen que todos los papas posteriores a Pío XII, a quien consideran el “último sumo pontífice legítimo”, no son válidos.

Las monjas de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, en el pequeño pueblo de Belorado, conocidas actualmente como las ‘monjas rebeldes de Burgos’, han llenado los titulares de los periódicos en las últimas semanas, especialmente en España, por su reciente enfrentamiento con la curia católica, que resultó en su excomunión. Este conflicto se desarrolla en el contexto de una extraña operación inmobiliaria y la intervención de un extravagante y excomulgado falso obispo, Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.

En un hecho histórico, la abadesa sor Isabel de la Trinidad, ha dejado perplejos a los eclesiásticos de Burgos y Bizkaia con su sorprendente decisión de declarar a sus conventos como “sedevacantistas”, es decir, ellas creen que todos los papas posteriores a Pío XII, a quien consideran el “último sumo pontífice legítimo”, no son válidos.

No menos importante es el tema del estado legal del monasterio, que data de mil 358, y actualmente el título legítimo corresponde a la persona jurídica, a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado, y no a las personas físicas. Ambas partes, la Iglesia y las monjas, insisten en que deberán ser las leyes civiles quienes dictaminen si ellas deben desalojarlo, de no hacerlo voluntariamente sentará un precedente ante el resto de la comunidad de la Santa Sede, ¡se imaginan!

Las insurrectas cismáticas han dado de qué hablar desde hace tiempo; frente a la crisis financiera de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, no debido a la falta de dinero, sino a la disminución de limosnas y adeptos, estas monjas de clausura que, además de rezar y encomendar su vida a Dios, han encontrado una forma innovadora de generar recursos. Se dedican a la venta de frutas y verduras orgánicas cultivadas en su huerto, y especialmente a la producción de chocolates, que se han vuelto famosos en España.

Sus golosinas no están disponibles para la venta directa en el monasterio, pero pueden encargarse a través de una página web diseñada para este propósito, y aunque vender productos para financiarse se trata de una actividad habitual entre las congregaciones religiosas, las clarisas de Belorado lograron cierta proyección mediática tras participar en al menos dos ediciones de Madrid Fusión, en 2016 y 2020, rompiendo su regla de clausura, donde presentaron los chocolates al mundo de la gastronomía. Empezaron a elaborarlos hace 22 años, en un momento crítico, cuando el convento casi cerró debido a la avanzada edad de las monjas. Sin embargo, la providencia actuó y llegaron tres jóvenes hermanas del convento de Lerma. Con esta nueva energía, la comunidad se revitalizó y adquirieron conocimientos de prominentes chefs.

Entre los productos disponibles hay cajas surtidas de 500 gramos por un precio de 33 euros, otras de 600 gramos por 44 euros, y un kilo de trufas por 55 euros. También hay formatos más pequeños, como cajas surtidas de 190 gramos por 17 euros y paquetitos para regalo de dos trufas por 2.30 euros, entre otras opciones.

Lo que destaca es el uso de ingredientes de alta calidad y combinaciones innovadoras, además de una línea de chocolates sin azúcar y canastas navideñas especiales. Algunos de estos se pueden adquirir en tiendas especializadas.

Sin duda estas monjas están a la vanguardia con las técnicas de repostería, el comercio y marketing digital. En cuanto a la Iglesia, ¿serán las nuevas Martín Lutero o Enrique VIII? ¿Será el origen de una nueva ‘secta’? ¿Están manipuladas, engañadas? ¿O más bien aplica ‘el que paga manda’?

La situación también ha destapado la necesidad de realizar un análisis psicológico exhaustivo sobre los efectos del aislamiento prolongado en las monjas de clausura, abordando aspectos como la salud mental, el bienestar emocional y las posibles consecuencias del confinamiento en un entorno monástico, y aunque yo en lo personal no les auguro a las clarisas mucha trascendencia sectal, lo que sí percibo es una manifestación más del empoderamiento de la mujer, desde cualquier punto de vista que lo quieran analizar, además de que, probablemente el ámbito empresarial sea la solución a la crisis, en todos los aspectos, que enfrentan los conventos de monjas a nivel mundial.

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