¿Fueron al supermercado y había muy pocos huevos?
Los mexicanos estamos acostumbrados a tener una gran variedad de presentaciones de huevo fresco: en 12 unidades, 18 o conos completos; blanquillos o rojos, y hasta con sellos de la marca, pero en diciembre y la primera semana de enero, en algunas entidades como en Yucatán, la oferta era escaza e incluso nula.
Fue sorprendente que el país número cinco en producción de huevo en el mundo y número uno en consumo per cápita no tuviera la oferta usual de huevo para plato.
La razón: gripe aviar, la influenza tipo H5N1 que afecta a las aves impactó a 17 unidades de producción en cuatro estados del país: Jalisco, Yucatán, Sonora y Nuevo León, las de mayor producción comercial.
Cuando se detecta influenza aviar, las medidas son drásticas: quemar todo para evitar contagios y luego entrar en cuarentena, para después aplicar un estricto control de movilidad de animales y sus productos.
Es por ello que aunque se repitiera una y otra vez que no habría impacto en el abasto, los consumidores lo notaríamos, ya que la cadena de suministro no fluye como lo hace tradicionalmente.
¿Qué pasó?
Desde el 22 de abril de 2022 se detectó gripe aviar en el estado de Coahuila y se activaron los protocolos de alerta y protección.
La gripe aviar se contagia rápidamente entre las aves, es por ello que las medidas sanitarias de prevención mantienen al margen plagas y enfermedades.
Sin embargo, hubo otro brote el 15 de octubre en el Estado de México y para noviembre ya estaba en Jalisco, Sonora, Nuevo León y Yucatán.
El último reporte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del 5 de enero fue que se habían afectado 17 unidades productivas de Jalisco, Yucatán, Sonora y Nuevo León, esto significó sacrificio de animales, cuarentenas, aplicación de vacunas a las aves y movilización restringida para productos avícolas.
Dimensiones
Y aunque sólo se haya tenido que sacrificar o se haya infectado el 0.026 por ciento del inventario nacional, los consumidores notamos el efecto, porque los mexicanos ingerimos 25 kilos de huevo al año y nos colocamos en el primer lugar en el mundo como comedores de huevo fresco.
Para dimensionar esta industria actualicemos algunos datos que hemos compartido en este espacio: la industria avícola se conforma por unas 220 empresas, la mayoría familiares y que van de generación en generación.
Es una industria que aporta 62 por ciento del PIB pecuario, donde se encuentra la producción de carne de cerdo, res y la miel.
Hay más de 150 millones de gallinas ponedoras que nos arrojan tres millones de toneladas de huevo al año y prácticamente todo se consume en México, la exportación es mínima.
Con este panorama nacional, ahora dimensionemos a tres de los estados con brotes: Jalisco, Sonora y Yucatán.
Jalisco produce 54 por ciento del huevo a nivel nacional, Sonora 8 por ciento y Yucatán 5 por ciento, son tres entidades representativas en el abasto del norte, sureste y centro del país.
Si Yucatán tuvo nueve unidades de producción con brotes de las más importantes marcas como Bachoco y Crío, aunque el número de aves infectadas sea mínimo, la cadena de suministro se rompe al haber una cuarentena, movilizaciones controladas y eso explica los anaqueles vacíos en tiendas de autoservicio o bajo suministro.
Yucatán es el quinto productor de huevo a nivel nacional con 107 mil toneladas al año, alberga la cadena de valor avícola, desde incubación hasta comercialización de pollo y huevo, de grandes marcas, pero por fortuna, aunque la cuarentena sigue en el estado, el suministro ha mejorado y ya vemos que regresa la variedad de presentaciones de huevo fresco en los anaqueles de supermercados.
Así que podemos seguir disfrutándolos estrellados, revueltos, duros, motuleños, rancheros a la mexicana o en pan, pasteles o simplemente en los hot cakes, mientras dimensionamos la importancia de la sanidad aviar, porque una gripita en los pollos, nos deja sin huevos.