Dinero, Fondos y Valores

Salvar la credibilidad (amenazada) de Banxico

Los riesgos para la inflación plantean retos importantes para el Banxico, pues su credibilidad y compromiso con la estabilidad de precios podrían verse minados.

El Banco de México decidió dar nuevos pasos para seguir mejorando su estrategia de comunicación, que es uno de los principales retos en términos de una mayor transparencia de sus funciones como Banco Central autónomo.

La semana pasada informó que en los anuncios de política monetaria, donde se dan a conocer las decisiones sobre la tasa de interés de referencia, “se identificará el sentido de la votación de cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno que hayan participado en dicha reunión”.

Es decir, se indicarán “los miembros que adoptaron la decisión tomada y, en su caso, los que votaron por una decisión alternativa”, lo que “dará mayor claridad sobre el proceso de toma de decisiones de la Junta de Gobierno”.

Hasta ahora se sabe si en una reunión de política monetaria estuvieron presentes todos los miembros de la Junta de Gobierno y si la decisión sobre la tasa fue unánime o por mayoría.

Pero los comunicados sobre los anuncios de las decisiones de política monetaria no revelan el sentido del voto de cada miembro de la Junta de Gobierno.

Es hasta las minutas de las reuniones de política monetaria donde se incluye la identidad de los votantes y sus consideraciones particulares respecto a la decisión sobre la tasa, en caso de disentimiento en la votación.

El Banxico también anunció que en cada decisión de política monetaria publicará la actualización de los pronósticos de inflación general y subyacente para los siguientes ocho trimestres.

“Esta medida permitirá al público tener mayor información sobre la trayectoria de los pronósticos de inflación considerada por el Banco Central en dicha decisión”, argumentó.

Hasta ahora los pronósticos de inflación se incluyen en cada informe trimestral, donde el Banxico plantea su perspectiva en torno a los riesgos futuros para la inflación y el crecimiento de la economía mexicana.

Los dos cambios entrarán en vigor a partir de la decisión de política monetaria que se anunciará mañana 12 de agosto.

Ambas medidas son positivas, pues la mayor transparencia en la política de comunicación del Banco Central debe contribuir al anclaje de las expectativas de inflación de los agentes económicos.

Especialmente en un entorno caracterizado por presiones inflacionarias más persistentes de lo anticipado, con el riesgo de que requieran medidas de restricción monetaria adicionales por parte del Banxico.

Para la decisión de mañana, la perspectiva casi unánime de los analistas encuestados por Citibanamex anticipa que la tasa de referencia subirá de 4.25 a 4.50 por ciento.

Pero siempre cabe el factor sorpresa, como en la reunión de junio, cuando el Banco Central decidió por mayoría elevar la tasa de 4.00 a 4.25 por ciento, movimiento que ningún analista del mercado anticipaba, pues esperaban que la política monetaria permaneciera en ‘pausa’.

En la minuta de esa reunión se confirmó que los disidentes en la votación 3 a 2 a favor del alza fueron los subgobernadores Galia Borja y Gerardo Esquivel, quien hizo una fuerte crítica a la política de comunicación por dar el mensaje de un “comportamiento errático y poco predecible” del Banxico.

Respecto al cierre de 2021, las previsiones del consenso de los analistas esperan un nivel para la tasa objetivo del Banxico de 5 por ciento, lo que sugiere que el ciclo de alzas está iniciando.

La expectativa del mercado está motivada por la elevada persistencia de la inflación subyacente, que refleja de mejor manera las presiones inflacionarias y que, lejos de disminuir, mantiene una tendencia ascendente.

Desde marzo se ubica por arriba de 4.0 por ciento anual y en julio se colocó en 4.7 por ciento, su mayor nivel desde diciembre de 2017.

Aunque la inflación general desaceleró de 6.1 por ciento anual en abril a 5.8 por ciento en julio, lleva cinco meses por arriba del rango de tolerancia de Banxico.

La inflación muestra resistencia a bajar por la aceleración en los precios de las mercancías, en particular de los alimentos; algunos servicios, como transporte, y también en los energéticos, señaladamente el gas doméstico LP, cuyo precio promedio nacional repuntó 35 por ciento en los últimos 12 meses.

La publicación de los datos de precios en julio hace inevitable que los analistas continúen pronosticando que la inflación se situará muy por arriba del nivel objetivo de 3 por ciento en este año y aún en el próximo.

Los riesgos para la inflación plantean retos importantes para el Banxico, pues su credibilidad y compromiso con la estabilidad de precios podrían verse minados.

¿Mantendrá un enfoque prudente para buscar una trayectoria de la inflación a la baja? Lo veremos mañana.

COLUMNAS ANTERIORES

Los retos fiscales de las pensiones
¿A qué visión le da crédito la realidad?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.