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¿Estimar crecimiento con sesgo político?

El riesgo es que el entorno político ejerza una influencia negativa en las perspectivas para México, limite el crecimiento y comprometa la estabilidad económica.

Las expectativas de los analistas encuestados por Citibanamex, que este martes se actualizaron, anticipan un crecimiento económico de México de 1.9 por ciento en 2022 y de 2.0 por ciento en 2023.

En los Pre-Criterios 2023, que entregó el Ejecutivo al Congreso a través de la Secretaría de Hacienda, se prevé que, si a la economía mexicana le va bien, este año el PIB crecerá 3.4 por ciento.

Pero si hay un deterioro en la actividad económica, sólo avanzará 1.4 por ciento.

El escenario de crecimiento puntual planteado para las estimaciones de finanzas públicas es 3.4 por ciento –la parte superior del rango señalado–, que está por debajo del 4.1 por ciento aprobado en el Presupuesto 2022.

Hacienda espera que, para lo que resta del año, “el mayor control de la pandemia y el avance de las campañas de vacunación al interior de México y de sus principales socios comerciales ayuden a que los sectores intensivos en contacto de personas se recuperen”.

Además, en la segunda mitad de 2022 se prevé un aumento de hasta medio punto en el crecimiento respecto al segundo semestre de 2021, asociado a los efectos positivos de la reforma de subcontratación laboral.

Se prevé también que “la mejora en los problemas de logística y desabasto en las cadenas de suministro se concretará a partir de la segunda mitad de 2022, aun considerando las sanciones y el conflicto geopolítico con Rusia”.

Para 2023 se estima que el PIB crecerá entre 2.5 y 3.5 por ciento. La parte superior de ese rango es la que también se utiliza para las estimaciones de finanzas públicas.

Según Hacienda, “los pronósticos para el próximo año reflejan un aumento en la inversión pública por el avance de diversos proyectos de infraestructura que dinamizarán la región sur-sureste del país”.

Adicionalmente, “se prevé que no sólo las entidades beneficiadas abonarían al mayor crecimiento de la actividad económica, sino que ésta se verá favorecida por una mayor interconexión del mercado interno”.

Las perspectivas hacendarias de crecimiento para 2022 y 2023, probablemente sesgadas al alza por un componente político, no coinciden con los pronósticos del consenso de analistas en las encuestas tanto del Banco de México como de Citibanamex.

En la encuesta Citibanamex con fecha 5 de abril, con 34 participantes del sector financiero, no hay un solo analista que pronostique que nuestra economía crecerá más de 3.0 por ciento este año y el próximo.

En la encuesta nacional de El Financiero publicada el lunes, la percepción de la opinión pública sobre el manejo de la economía sigue mostrando desaprobación, lo mismo que en seguridad pública y corrupción, temas sensibles para los ciudadanos.

La opinión negativa sobre el desempeño del gobierno del presidente López Obrador en el ámbito económico descendió de 47 a 46 por ciento entre febrero y marzo pasados, mientras que la opinión positiva bajó de 36 a 35 por ciento.

El ejercicio de revocación del mandato de AMLO, que se llevará a cabo el domingo, difícilmente reflejará la percepción ciudadana sobre el desempeño del gobierno en economía, seguridad pública y corrupción, donde las opiniones negativas sobrepasan por mucho a las positivas.

Este ejercicio ciudadano ha sido promovido por funcionarios del gobierno, gobernadoras y gobernadores de Morena, dirigentes de ese partido y sus aliados no como revocación, sino como ‘ratificación’ de mandato, proceso que no prevé la Constitución.

La revocación es un instrumento de participación ciudadana para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del titular de la presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza.

Si bien el periodo constitucional de AMLO concluye en septiembre de 2024, por lo que su legitimidad no está en duda, uno de cada tres mexicanos está de acuerdo con revocarle el mandato, según la encuesta de El Financiero.

La revocación se llevará a cabo en un ambiente político caracterizado por la polarización social y el debilitamiento del marco institucional del país, con ataques constantes a las autoridades electorales (INE y TEPJF), que “se van a ir” con la reforma anunciada.

El riesgo es que el entorno político ejerza una influencia negativa en las perspectivas para México, limite el crecimiento y comprometa la estabilidad económica.

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