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La recesión que viene

Las perspectivas económicas para México de los ejecutivos de finanzas volvieron a recortarse, con una baja ahora leve en los pronósticos de crecimiento del PIB para este año y el que sigue.

Los indicadores disponibles anticipan que la recuperación económica de México se reanudó en marzo y abril, después del estancamiento que registró en febrero.

El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), publicado el jueves por el INEGI, sugiere un crecimiento mensual de la economía de 0.4 por ciento en abril, posterior al de 1.1 por ciento en marzo.

Las actividades secundarias –industriales– habrían crecido 0.5 por ciento en abril, después de un avance de 0.3 por ciento en marzo, mientras que las actividades terciarias –comercio y servicios– habrían tenido una expansión mensual de 0.4 por ciento, contra la de 1 por ciento del mes previo.

Ambas actividades son los principales motores del crecimiento de la actividad económica en México.

El sector industrial está teniendo un buen desempeño ante el ‘arrastre’ de Estados Unidos, gracias al crecimiento de su economía, si bien varios indicadores dejan ver que está desacelerándose.

Al comercio y los servicios les está favoreciendo la aceleración de la demanda interna, donde el consumo privado continúa recuperándose, al grado de que en febrero no sólo hiló ocho incrementos mensuales consecutivos, sino que recobró su nivel previo a la pandemia.

Por el contrario, la inversión no muestra mejoría y se mantiene débil, destacando el pobre desempeño del gasto de inversión en construcción.

Esta semana el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) señaló que el entorno político y de inseguridad en el país sigue generando “más inquietud que confianza”, en detrimento de la inversión y la actividad económica.

Lo anterior, aunado al problema inflacionario, considerado como el más importante en este momento, “limita considerablemente las perspectivas de crecimiento económico para este año y el que sigue”.

El miércoles a primera hora, el INEGI publicará las cifras revisadas de crecimiento del PIB de México para el primer trimestre de 2022.

La estimación oportuna del PIB, publicada a finales de abril, exhibió un crecimiento de 0.9 por ciento respecto a los tres meses anteriores.

De confirmarse lo que anticipa el IOAE, indicador que por lo general es certero, el dato revisado arrojará un crecimiento trimestral del PIB de hasta 1.6 por ciento en el periodo enero-marzo, pese a los efectos del incremento en los contagios de la variante ómicron en el primer mes del año.

Esto, después de que la actividad económica en México cayó 0.9 por ciento en el tercer trimestre de 2021 y se estancó en el cuarto trimestre de ese año.

De acuerdo con el IMEF, los indicadores más recientes arrojan señales mixtas sobre el desempeño de la economía en un “entorno de alta incertidumbre que mantiene una tendencia al deterioro”.

Las perspectivas económicas para México de los ejecutivos de finanzas volvieron a recortarse, con una baja ahora leve en los pronósticos de crecimiento del PIB para este año y el que sigue.

Su encuesta de expectativas de mayo revisó a la baja, de 1.8 a 1.7 por ciento, el pronóstico de crecimiento para 2022, así como de 2.1 a 2 por ciento la previsión para 2023.

Pero también hay una fuerte revisión al alza en el estimado de inflación para este año, que pasó de 5.9 por ciento en la encuesta de abril a 6.8 por ciento en la de mayo.

Esa es la razón por la que los ejecutivos de finanzas del país advierten un escenario de estanflación, pues la actividad económica presenta un estancamiento, la inversión continúa deprimida y la inflación está en sus niveles más elevados en dos décadas.

No sólo la economía mexicana enfrenta un escenario de estanflación, sino que, según el IMEF, corre el riesgo de entrar en recesión en 2023 debido a la incertidumbre sobre EU, el principal socio comercial de México.

Los analistas de los bancos de inversión en Wall Street ven cada vez mayores probabilidades de una recesión en la economía estadounidense, donde la inflación registra niveles no vistos en más de cuatro décadas.

Temen que el incremento de tasas de interés de la Reserva Federal pueda llevar a la economía a una recesión.

El problema es que una recesión podría comprometer nuestra estabilidad económica y financiera, que nunca debe darse por sentada.

Lo preocupante es que en México brilla por su ausencia el mensaje de cautela que se debería escuchar en estos momentos dados los retos que plantea la actual situación económica.

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