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Economía ‘encogida’ con signos de fatiga

El INEGI informó el jueves que en el periodo abril-junio de 2022 se registró un crecimiento trimestral de 0.9%, por debajo del 1.1% observado en enero-marzo.

Las cifras revisadas del PIB de México correspondientes al segundo trimestre del año indican que la actividad económica moderó su ritmo de recuperación en comparación con el de los tres meses previos.

El INEGI informó el jueves que en el periodo abril-junio de 2022 se registró un crecimiento trimestral de 0.9 por ciento, por debajo del 1.1 por ciento observado en enero-marzo.

La actividad industrial creció 0.9 por ciento, al igual que el comercio y los servicios, que reflejan el comportamiento del mercado interno, después de que ambos sectores avanzaron 1.4 por ciento en el primer trimestre del año.

En el periodo abril-junio prevaleció un ambiente de incertidumbre ante el repunte de contagios por la quinta ola de covid-19 en el país y la persistencia de las disrupciones en las cadenas de suministro.

Al margen de lo anterior, los datos que se conocieron esta semana no tienen grandes implicaciones sobre el crecimiento de México ni modifican su condición de ‘fatiga’ económica.

A mayor detalle, la medición aproximada del PIB mensual de junio, que es el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), decreció 0.3 por ciento mensual, después de haber descendido 0.2 por ciento en mayo.

Fue la primera contracción en dos meses consecutivos desde septiembre y octubre de 2021, lo que confirma que en el bimestre mayo-junio de este año se interrumpió el proceso de recuperación.

Los indicadores oportunos sugieren que la ralentización habría continuado al inicio del tercer trimestre del año, pues se anticipa que el IGAE se contrajo 0.1 por ciento en julio, con un desempeño levemente negativo tanto de la industria como del comercio y los servicios.

En la primera mitad del año no se ha logrado una recuperación completa de la actividad económica en comparación con su nivel prepandemia.

La economía mexicana se ‘achicó’ de tal manera que su tamaño sigue siendo proporcional al de hace cinco años, pues su valor en el periodo abril-junio de 2022 es similar al que tenía en el tercer trimestre de 2017.

El PIB de México continúa rezagado de su nivel previo a la emergencia sanitaria y, más aún, de su valor máximo, registrado en 2018.

Pero no será este año cuando podríamos regresar a los niveles de producción que teníamos antes del inicio de la pandemia.

De acuerdo con las expectativas de las más recientes encuestas entre analistas, este año la actividad económica en el país crecerá cerca de 2 por ciento, ni la mitad de lo que creció en 2021.

Y se prevé que en 2023 el crecimiento de México se debilite a 1.5 por ciento, en línea con una economía estadounidense más lenta o incluso en recesión.

Inflación desbordada

Justo cuando las cifras del segundo trimestre de 2022 apuntan a un debilitamiento de la economía mexicana, el INEGI informó que en la primera quincena de agosto la inflación general fue de 8.6 por ciento anual, mientras que la subyacente fue de 8 por ciento.

La inflación general, que sigue sin dar indicios de haber alcanzado la ‘cima de la montaña’, es la más alta desde la segunda quincena de diciembre de 2000.

La subyacente, que incide en la trayectoria prevista para la inflación general en el mediano plazo y en sus expectativas, ligó seis quincenas al alza y alcanzó su mayor nivel desde la segunda mitad de noviembre de 2000.

La inflación en México ahora está viéndose presionada por los precios de los alimentos, que han subido a doble dígito por más de cinco meses.

Los analistas consultados por Citibanamex para la encuesta quincenal publicada el 22 de agosto –antes de que se conocieran los datos de inflación quincenales– estiman que la inflación finalizará 2022 en 8 por ciento anual, aunque algunas instituciones prevén que cerrará mucho más arriba de ese nivel.

De acuerdo con Invex, la inflación anual podría acercarse a 9 por ciento anual en septiembre, antes de descender hacia 8.5 por ciento en diciembre.

El consenso de analistas en el mercado anticipa que la tasa de referencia del Banco de México continuará incrementándose, en línea con la Reserva Federal de Estados Unidos.

Inevitablemente, esto terminará afectando las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana.

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