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De más a menos, la economía mexicana

En los últimos tres meses de 2022, la economía nacional mostró un débil desempeño viniendo de más a menos, explica Víctor Piz.

Los indicadores disponibles apuntan a un enfriamiento de la actividad económica de México en el cuarto trimestre de 2022, lo que en general no tendrá implicaciones negativas en el crecimiento estimado para el cierre del año.

Al finalizar la semana, el INEGI publicó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) correspondiente a diciembre pasado, con el cual se estima que en ese mes la economía mexicana habría registrado una contracción de 0.4 por ciento respecto a noviembre.

Para noviembre se anticipa un retroceso de 0.1 por ciento mensual, después de un nulo crecimiento de la economía en octubre, cuando el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que es una medición aproximada del PIB mensual, presentó un estancamiento respecto a septiembre.

El ‘crecimiento cero’ en octubre –dato observado– fue el peor resultado en términos de actividad económica desde junio y puso fin a una racha de tres meses consecutivos en expansión.

Es así como en los últimos tres meses de 2022, la economía nacional mostró un débil desempeño viniendo de más a menos.

Sobre esto, Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, publicó en Twitter que el INEGI estima que “el IGAE podría haber disminuido -0.1 por ciento en noviembre y -0.4 por ciento en diciembre. Suponiendo que así sea y que no tengamos revisiones en meses o trimestres anteriores, el PIB del cuarto trimestre (de 2022) habrá crecido 0.4 por ciento, mostrando una desaceleración a lo largo del año”.

Recordó que en el primer trimestre el PIB creció 1.2 por ciento; en el segundo, 1.1 por ciento, y en el tercero, 0.9 por ciento.

Por cierto, fue hasta el periodo julio-septiembre de 2022 cuando la economía mexicana alcanzó un nivel similar al reportado en el último trimestre de 2019, previo a la emergencia sanitaria.

Pero todavía está por debajo del máximo histórico registrado en el tercer trimestre de 2018.

De acuerdo con Heath, si en el cuarto trimestre el PIB creció 0.4 por ciento, “no alcanzaremos el 3 por ciento estimado, sino quedaríamos en 2.9 por ciento” de crecimiento en 2022.

“Queda claro que enfrentamos una desaceleración en la actividad económica”, remató el banquero central.

Nuestra economía fue afectada en noviembre y diciembre por la contracción en dos de las tres grandes actividades que la componen.

El indicador oportuno anticipa una reducción en el sector servicios –incluido el comercio– de 0.3 y 0.6 por ciento en los últimos dos meses, respectivamente.

Para la industria sugiere un decrecimiento de 0.6 por ciento en diciembre, después de un descenso observado de 0.1 por ciento en noviembre.

El sector industrial muestra un notorio estancamiento en los últimos meses, probablemente afectado ya por el debilitamiento de la actividad manufacturera de Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2022.

En octubre el IGAE aún se ubicaba 0.1 por ciento por debajo de los niveles prepandemia de enero de 2020 y estaba 0.3 por ciento rezagado respecto a su máximo previo de agosto de 2018.

Gráficamente, la trayectoria del IGAE perfila una recuperación tipo V asimétrica, pero con forma de la ‘palomita’ de Nike.

De confirmarse los datos oportunos del IOAE de noviembre y diciembre, la actividad económica nuevamente se alejaría de su nivel prepandemia, que estaba a punto de alcanzar en octubre, como lo advirtió el observatorio México, ¿cómo vamos?, cuyo semáforo asigna un color amarillo al crecimiento.

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