La próxima llegada a Nuevo León de una planta de autos eléctricos de Tesla, la automotriz de Elon Musk, es el mejor anuncio en términos de inversión en México de los últimos años.
Se calcula que la inversión de la empresa con sede en Texas rondaría, inicialmente, alrededor de mil millones de dólares, pero en su escala completa se estima hasta en cinco mil millones.
Este anuncio va a favorecer las inversiones y una mayor integración en la industria automotriz, que es pieza clave para la economía mexicana.
La industria automotriz en México aporta alrededor de 4.0 por ciento del Producto Interno Bruto y 20 por ciento del PIB de la industria manufacturera.
En 2022, la producción de autos en el mercado nacional alcanzó los 3.3 millones de unidades, aunque todavía quedó por debajo de los 3.8 millones armados en 2019, antes de la pandemia.
El 87 por ciento de los vehículos producidos en nuestro país fue exportado, principalmente a Estados Unidos y Europa.
Visto así, la oportunidad se abre sobre todo en las inversiones para fabricar y exportar vehículos eléctricos, no tanto en la electrificación del mercado interno.
Además de ser el cuarto mayor exportador y el séptimo productor de automóviles en el mundo, México es uno de los principales fabricantes en América Latina, junto con Brasil.
Sin embargo, la gran mayoría de los vehículos producidos aquí son de motores de combustión interna que utilizan combustibles derivados de los hidrocarburos.
“Es evidente que si nos quedamos solamente con vehículos a hidrocarburos nos vamos a quedar como quien dice ‘fuera de la jugada’ o rezagados en la nueva demanda del futuro”, dijo a este reportero Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
La funcionaria contó el trabajo realizado durante 14 meses por el gobierno mexicano para traer la planta más grande de vehículos eléctricos de Tesla a México sobre otros países interesados.
Por eso hay que tomar muy seriamente el anuncio de Tesla para sacar el mayor provecho del acuerdo y, en esa medida, impulsar la electrificación del transporte para reducir la huella de carbono en el país.
A propósito de que varios fabricantes globales de automóviles han expresado abiertamente sus intenciones de pasar a la producción de vehículos eléctricos, UBS elaboró un reporte donde analiza qué tanto México está preparado para captar inversiones de esta industria.
El análisis liderado por Gabriela Soni, directora de Estrategias de Inversión de UBS México, y Alejo Czerwonko, director de Estrategias de Inversión de Mercados Emergentes de las Américas de UBS, concluye que el país tiene “ventajas únicas” que podrían ayudar a solidificar su posición en la industria automotriz en medio de esta transición, pero también enfrenta retos.
Un desafío principal es su capacidad para cumplir la creciente demanda energética. Esto requiere inversiones sustanciales del gobierno, lo que a su vez implicaría préstamos que pueden resultar demasiado pesados para soportarlo.
Por lo tanto, UBS cree que las asociaciones público-privadas jugarán un papel clave para ayudar a México a aprovechar la oportunidad emergente de los vehículos eléctricos.
Considera que para consolidar su lugar en la industria de los vehículos eléctricos, el país aún debe trabajar en algunas áreas de mejora.
Por ejemplo, necesita invertir en infraestructura, frenar el crimen organizado y la corrupción, reducir la burocracia, así como mejorar la percepción de que es un lugar seguro para hacer negocios y que cuenta con reglas claras.
De acuerdo con UBS, la inversión privada será clave para que México pueda aprovechar las oportunidades que presenta la transición a los automóviles eléctricos.
Por lo pronto, el ‘aterrizaje’ de Tesla en Nuevo León apoya las inversiones que se han venido anunciando en el sector, entre las que destacan la de BMW en San Luis Potosí, la de General Motors en Coahuila y la de Nemak en una planta para producir carcasas de baterías para autos eléctricos.