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La sorpresa del empuje en el consumo

El consumo privado registró en marzo un crecimiento de 0.7%, en febrero de 1.5% y en enero de 3.8%. Si bien muestra moderación, se mantiene en niveles elevados.

Si bien el consumo privado en el mercado mexicano muestra una moderación, se mantiene en niveles elevados.

Así lo deja ver el Indicador de Consumo Big Data BBVA Research, que se construye a partir del gasto efectuado en terminales punto de venta de BBVA en México.

Los datos revelados ayer por este banco, provenientes de las operaciones realizadas con tarjetas de crédito y débito, muestran que el consumo registró en marzo un crecimiento de 0.7 por ciento.

Esto después de que en enero repuntó 3.8 por ciento y en febrero avanzó 1.5 por ciento, según la misma fuente, cuyas cifras están expresadas a tasa mensual ajustada por estacionalidad.

En marzo el gasto en consumo recibió el empuje del crecimiento de 2.6 por ciento en el segmento de servicios, mientras que el consumo de bienes avanzó 0.2 por ciento, tras la contracción de 0.8 por ciento registrada el mes previo.

El consumo privado, que mide el pulso del gasto familiar, se sigue viendo impulsado por el desempeño favorable del rubro de servicios, pues el consumo de bienes muestra debilidad.

Los hogares mexicanos han cambiado preferencias para dejar de consumir bienes duraderos, que fue la variable que más creció dentro del consumo privado en los meses más afectados por la pandemia, hacia un consumo dirigido ya más al segmento de servicios, como lo estamos observando recientemente”, explicó a este reportero Saidé Salazar, economista principal de BBVA Research.

En general la desaceleración del consumo en los meses recientes pudiera estar relacionada con los altos niveles de inflación en el país, pero no con las mayores tasas de interés.

Si bien el gasto total se ralentizó en marzo con respecto a febrero, aún se encuentra 6.0 por ciento por arriba de su nivel de diciembre de 2022 y casi 19 por ciento sobre su nivel de enero de ese mismo año, señaló BBVA Research.

“En términos generales, consideramos que esta evolución positiva del gasto total va a continuar en el segundo trimestre de este año, impulsada principalmente por las ganancias en el salario real y el empleo formal que se han observado desde finales del año pasado, y también por el mayor dinamismo registrado en las remesas y la recuperación gradual observada en la cartera de crédito al consumo, que es una variable que alcanzó mínimos históricos durante los meses más afectados durante la pandemia”, dijo Salazar.

Al considerar el dato de marzo, hay ya un crecimiento de 3.6 por ciento en el gasto total en terminales punto de venta en el primer trimestre de 2023, que está 1.1 puntos porcentuales por arriba del que se observó en el periodo trimestral anterior.

“Esto es claramente un muy buen inicio de año y le imprime resiliencia a la actividad económica, especialmente para mitigar la ralentización que potencialmente observaríamos en otros segmentos de actividad, como lo es la demanda externa ante el apretamiento de las condiciones de financiamiento que se está materializando ya en Estados Unidos como resultado de las recientes quiebras bancarias”, abundó la economista Salazar.

Los principales indicadores de determinantes del consumo continúan en niveles elevados, mientras que la cartera de la banca comercial sigue expandiéndose, reflejando el desempeño positivo del crédito vigente al consumo.

Este crédito aceleró su crecimiento de 9.0 por ciento en enero a 9.6 por ciento en febrero como resultado del dinamismo del crédito de nómina, que repuntó 9.2 por ciento en el segundo mes del año, y del otorgado en tarjetas de crédito, que se incrementó 14 por ciento anual en términos reales.

Esto en un entorno en el que la demanda de crédito por parte de los hogares en general ha seguido incrementándose, pese al ajuste de las tasas, según los indicadores de actividad crediticia con periodicidad mensual publicados por el Banco de México.

La tasa de crecimiento del crédito vigente al consumo de 9.6 por ciento en febrero es la más elevada desde octubre de 2016; esto es, en más de siete años.

Sin embargo, el continuo apretamiento de las condiciones financieras y la desaceleración económica prevista pondrán a prueba el desempeño positivo del crédito al consumo.

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