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El ‘alto’ en la tasa del Banco de México

La disminución que ya muestra la inflación subyacente y la postura monetaria brindan margen para evaluar la posibilidad de frenar los aumentos a la tasa del Banco Central.

En la primera quincena de abril, el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 6.2 por ciento anual, con el redondeo de las cifras, por debajo de lo anticipado por el consenso de analistas y desacelerando desde el 6.6 por ciento registrado en las dos últimas semanas de marzo pasado.

De acuerdo con cifras del INEGI, la inflación general se desaceleró por sexta quincena consecutiva y descendió a su menor nivel desde la primera mitad de octubre de 2021.

En la quincena inicial del mes, el comportamiento de la inflación general se debe a que la subyacente, que refleja mejor la tendencia inflacionaria, se ubicó en 7.8 por ciento anual, su menor nivel desde finales de julio de 2022 y por debajo del 8.0 por ciento de la quincena previa.

Esto confirma que la inflación subyacente, que por primera vez en ocho meses logró colocarse por debajo de 8.0 por ciento anual, finalmente ha alcanzado su punto de inflexión a la baja.

En su interior, si bien la inflación de las mercancías, de 9.7 por ciento anual, se mantiene elevada, observó menores presiones, lo mismo que la de los servicios, de 5.4 por ciento anual.

Hacia adelante, el reto es que haya una reducción más notoria en la inflación tanto de las mercancías alimenticias, que desde hace 13 meses registra niveles de doble dígito, como de los servicios, que muestra renuencia a disminuir.

El componente no subyacente, que incluye los precios más volátiles, se desaceleró entre quincenas de 2.4 a 1.8 por ciento anual, que es su menor nivel desde la segunda mitad de diciembre de 2020.

Algunos analistas coinciden en que el comportamiento de este componente es lo que ha contribuido en mayor medida a la reducción de la inflación general.

En su interior, tanto el subíndice de agropecuarios como el de energéticos presentan variaciones anuales menores a las del año pasado.

La inflación anual de los productos agropecuarios se redujo de 15.2 a 5.6 por ciento entre la primera mitad de abril de 2022 y la misma quincena de este año.

Por su parte, la variación anual de los energéticos registró niveles de 5.1 y -1.2 por ciento –se encuentra en terreno negativo– en igual lapso.

Tras haber alcanzado un pico de 8.8 por ciento anual en la segunda quincena de agosto pasado, la inflación general aún se sitúa por encima de 6.0 por ciento.

No es una inflación consistente con la meta puntual de 3.0 por ciento, que el Banco de México prevé alcanzar en el cuarto trimestre de 2024.

Recientemente, Jonathan Heath, subgobernador de Banxico, publicó en su cuenta de Twitter que “se espera que (la inflación en México) continúe su trayectoria a la baja. Sin embargo, se anticipa un camino sinuoso”.

Ayer, al comparecer ante la Comisión de Hacienda del Senado, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez, dijo que para la decisión de mayo se consideraría la posibilidad de una pausa en su ciclo de alzas en la tasa de interés de referencia.

De acuerdo con la banquera central, la disminución que ya muestra la inflación subyacente y la postura monetaria alcanzada brindan margen para evaluar la posibilidad de frenar los aumentos a la tasa, que actualmente se ubica en 11.25 por ciento.

“Ante estas señales positivas (en el panorama inflacionario del país) y la postura monetaria ya alcanzada, todavía tenemos que evaluar en la Junta de Gobierno en nuestra próxima decisión del 18 de mayo, pero ante estos dos factores muy importantes, pues lo estaremos evaluando y probablemente no sería sorpresa que evaluemos la posibilidad de hacer un alto en la tasa”, afirmó Rodríguez.

Una posible pausa en el ciclo de alzas no sería sorpresiva para el 100 por ciento de los analistas de mercados.

Desde la Encuesta Citibanamex de Expectativas del 20 de abril, que se publicó días antes de conocer el último dato de inflación, las perspectivas para la decisión de política monetaria de mayo están divididas en dos grandes grupos.

La mitad de los 32 analistas encuestados anticipa que la tasa se incremente 25 puntos base, a 11.50 por ciento. Y prácticamente la otra mitad pronostica que el próximo movimiento será un recorte, con septiembre como la fecha más cercana.

Si es que no se alcanzó ya, la tasa terminal de Banxico está cerca para luego dar paso a una pausa monetaria.

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