Entre el viernes y lunes pasados, el tipo de cambio se apreció de 17.56 a 17.43 pesos por dólar en operaciones al mayoreo reportadas por el Banco de México.
Esto quiere decir que pasó de alcanzar niveles que no se observaban desde julio de 2017 a tocar cotizaciones mínimas desde mayo de 2016, hace siete años.
Al cierre de ayer, el tipo de cambio se había apreciado un 10.2 por ciento en lo que va del año, con base en información de Bloomberg.
Lo anterior lleva al peso mexicano a colocarse en la primera posición entre las monedas de países emergentes y las divisas más expandidas con el mejor desempeño en una canasta amplia de cruces frente al dólar.
El peso mexicano se mantiene como la divisa de ambos conjuntos de monedas que ha mostrado una mayor apreciación en el año.
Pero la apreciación no es exclusiva del peso, pues en los primeros cuatro meses y medio de 2023 el dólar acumula una contracción de 1.0 por ciento en promedio frente a la canasta de 10 principales divisas más relevantes del mundo, tanto de economías desarrolladas como emergentes, en el llamado ‘dollar index’ que calcula Bloomberg.
Si el índice pierde terreno, implica debilidad generalizada del dólar.
Por cierto, el peso mexicano está incluido en esa canasta y es la quinta moneda con más peso relativo después del euro, el yen japonés, el dólar canadiense y la libra esterlina.
El fortalecimiento del peso responde al diferencial de tasas de interés respecto a la economía de EU y también a los fundamentos macroeconómicos sólidos de México, incluido el equilibrio en las cuentas externas, entre otros factores.
La debilidad del dólar estadounidense se explica por la posibilidad de que la Reserva Federal de EU se una a los bancos centrales que ya realizaron una pausa en su ciclo de alzas en las tasas de interés de referencia.
Los mercados y analistas comenzaron a considerar el escenario de una pausa para la decisión de junio de la Fed, si bien se prevé que mantendrá su tasa de referencia elevada por unos meses más.
Esa es una de las razones por las que el dólar se ha depreciado sobre todo a partir de los problemas en el sistema bancario estadounidense.
La quiebra de ciertos bancos regionales y los problemas en algunas instituciones financieras en EU pueden ser aún una fuente de volatilidad en el mercado cambiario, más en el contexto del riesgo de incumplimiento de pago de la deuda.
El principal responsable de regulación de la Fed advirtió ayer que el debate sobre el techo de la deuda en EU pone en riesgo a los bancos, que han sido especialmente sensibles tras los episodios de estrés financiero.
Michael Barr, vicepresidente de Supervisión de la Fed, dijo a congresistas que los reguladores bancarios están poniendo de relieve el problema del riesgo de las tasas de interés para los bancos, incluido el “mayor riesgo” derivado del debate sobre el aumento del techo de la deuda en EU.
Recientemente, ha habido comentarios de miembros de la Fed que sugieren mantener la tasa de referencia en niveles restrictivos por un tiempo ante los altos niveles inflacionarios en la mayor economía del mundo:
Raphael Bostic, de la Fed de Atlanta, no prevé recortes de tasas en 2023, sino hasta bien entrado 2024, pues “todavía hay mucho camino por recorrer” sobre la inflación.
En el mismo sentido, Austan Goolsbee, de la Fed de Chicago, dice que es demasiado prematuro para hablar de recortes a las tasas.
Nel Kashkari, de la Fed de Minneapolis, advierte que el Banco Central de EU tiene más trabajo por hacer para enfriar la inflación
Loretta Mester, de la Fed de Cleveland, no considera que la tasa de referencia, actualmente en el rango de entre 5.00 y 5.25 por ciento, haya llegado a un nivel terminal.
Por su parte, Thomas Barkin, de la Fed de Richmond, dice que está dispuesto a subir las tasas nuevamente si es necesario.
Los comentarios anteriores contradicen la perspectiva optimista de los mercados de que el Banco Central de EU podría comenzar a recortar sus tasas hacia finales de año.
En espera de lo que decida el Banco de México mañana con su tasa de referencia, los mensajes de algunos miembros de la Fed con una retórica aún restrictiva y los riesgos de estabilidad financiera asociados con el sistema bancario y el debate sobre el techo de la deuda, influyen en el entorno del mercado cambiario.
Sin claridad en estos temas, habrá episodios de volatilidad y aversión al riesgo, que generarán presiones en el tipo de cambio.